Por qué siempre debes lavarte las manos al tocar manijas de puertas, experta lo aclara

La doctora Linda Yancey, especialista en enfermedades infecciosas desde Houston, explicó por qué es conveniente que te laves las manos después de tocar manijas de puertas y pasamanos

La razón primordial por la que debes lavarte las manos tras tocar la manija de una puerta.

Curiosamente, las manijas de puertas forman parte de los objetos que olvidas limpiar en casa. Crédito: Shutterstock

Tras la pandemia del COVID-19, el lavado de manos se clavó en las mentes humanas como un hábito fundamental de supervivencia. De hecho, para algunos se volvió una obsesión. Sin embargo, otros consideran que el peligro quedó en el pasado, pero es un grave error, porque los riesgos de contaminación y enfermedad, por no hacerlo adecuadamente, siempre estarán allí.

Los expertos en salud pública te invitan a hacerlo después de ir al baño, sonarte la nariz y también luego de bañar a tu mascota o hacerle mimos. Realmente, hazlo cada vez que sea necesario y te apetezca, porque no hace daño a nadie.

La doctora Linda Yancey, especialista en enfermedades infecciosas del Memorial Hermann Hospital, en Houston, enfatizó en otro momento en el que siempre deberías lavarte las manos: después de tocar la manija de una puerta.

“Son una parte tan omnipresente de nuestras vidas y todo el mundo los toca”, señaló.

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Incluso, las manijas de puertas es uno de los objetos o lugares que podrías olvidar durante la limpieza de tu hogar, así que fíjate en cada detalle.


Han encontrado hasta 14 colonias de bacterias en la manija de una puerta

No está claro cuántos gérmenes hay en la manija de una puerta, sencillamente porque no se ven. Pero ese es el motivo principal por el que pasas por alto un lavado de manos después de abrirla o cerrarla.

“No cada toque de una superficie la contamina con algo que pueda infectar a otra persona”, aclaró la doctora Linda Yancey. Pero un famoso refrán dice: “Es mejor prevenir que lamentar”.

De acuerdo a un estudio presentado en 2014, realizado por un estudiante de la Universidad de Pensilvania, no te imaginas la cantidad de bacterias que podrían acechar en el pomo de una puerta y la rapidez con la que se pueden propagar.

Para su estudio, el estudiante frotó una manija y luego, en un análisis, encontró 14 colonias bacterianas distintas, cada una de las cuales contenía más de un millón de bacterias.

Durante la investigación, también concluyeron que el lavado de manos fue uno de los métodos más efectivos para reducir la propagación hasta en un 99%, además de las toallitas desinfectantes.

La doctora Linda Yancey hace una última sugerencia: no te confíes de las puertas automáticas, como las de los ascensores, por ejemplo, porque si bien no tienen manija, hay un botón que debes pulsar y allí también hay bacterias y gérmenes.


La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.

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