Por qué la pérdida de masa muscular puede ser algo perjudicial para la salud
La falta de masa muscular puede degenerar en enfermedades metabólicas o cardiovasculares, puede ser incluso una señal de envejecimiento
El sistema muscular es esencial para la composición de nuestra anatomía, el 40% del cuerpo humano está compuesto entre 650 a 840 músculos, y son vitales ya que su función principal es generar movimientos que nos permiten estar activos diariamente. Unos músculos sanos en parte nos pueden garantizar una vida sana.
A pesar de que una musculatura fuerte se suele asociar con deportista y atletas, la verdad es que todos los seres humanos necesitamos de músculos sanos y bien formados, que nos permitan movernos con destreza.
Un sistema muscular sano, garantiza un buen desempeño de la actividad motora y estabilidad ya que, conjuntamente con los huesos, los músculos permiten mantenernos en equilibrio. A nivel interno los músculos protegen los órganos vitales. Nuestras expresiones faciales, posturas y movimientos de las extremidades también se generan por los músculos.
Para mantener unos músculos fuertes y sanos, no sólo hay que hacer estiramientos y actividad física, una alimentación balanceada, con la ingesta de proteína y agua, ayuda a regenerar las fibras musculares, compuestas especialmente por proteínas.
Por otra parte, la falta de masa muscular puede degenerar en enfermedades metabólicas o cardiovasculares. Un ejemplo es la osteoporosis, caídas y fracturas. Asimismo puede asociarse a otras condiciones como diabetes u obesidad.
Según la nutrióloga Elisa Gómez Reyes, gerente médico de Abbott, explica que la salud a nivel muscular puede predecirnos cómo vamos a envejecer y si podremos ser activos o no. “La pérdida de masa muscular es una característica de envejecimiento del que rara vez se habla. Además, pocas veces las personas aceptan los síntomas relacionados que vienen naturalmente con los años como pueden ser la pérdida de fuerza y energía”.
Si has notado en tu cuerpo una pérdida de masa muscular, lo mejor es que consultes con un médico y evalúe tu índice de grasa corporal, peso y si tienes alguna enfermedad subyacente. Lo mejor es ponerse en manos de los especialistas.
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