Cómo enseño a mi hijo a comer sano: 3 recomendaciones de expertas
Los hábitos alimenticios que tenga tu hijo durante la infancia configurarán de gran manera el estilo de vida que tendrá cuando sea un adulto
“¿Cómo enseño a mi hijo a comer sano?”, es una de las interrogantes con las que muchos padres se topan durante la crianza de sus hijos. Te decimos 3 recomendaciones de expertas en la materia.
Los hábitos alimenticios que tenga tu hijo durante la infancia configurarán de gran manera el estilo de vida que tendrá cuando sea un adulto y acumularán precedentes en la prevención (o promoción) de enfermedades.
Llevar una alimentación saludable significa consumir una dieta nutritiva y equilibrada, con suficiente cantidad de cada grupo de alimentos para satisfacer las necesidades nutricionales diarias.
Y los hábitos que se asocian a ella incluyen la planificación de las comidas, las horas de las comidas, la salud emocional de sus hijos y, por supuesto, los mensajes que envías sobre los alimentos y la alimentación.
- Evita satanizar grupos enteros de alimentos
Una ingesta equilibrada de los macronutrientes y micronutrientes es indispensable para el desarrollo de tu pequeño.
La psicóloga de Eating Disorder Therapy LA y autora de “When Your Teen Has an Eating Disorder”, Lauren Muhlheim, dijo a Insider que algunos padres pueden satanizar grupos enteros de alimentos y etiquetarlos como “no saludables”, pero esto resulta contraproducente.
Prohibir un alimento, o pedirles a los niños que «ganen» el postre, establece esos alimentos como alimentos de mayor valor y más deseables.
En cambio: incluye todos los alimentos con moderación, sé ejemplo de comer una amplia variedad de grupos alimenticios y ten a mano refrigerios nutritivos.
- Promueve comer en familia
Sentarse a comer a la mesa puede contribuir a estrechar lazos entre los miembros de la familia y fomentar buenos hábitos alimenticios. Además, investigadores de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) aseguraron que tener un hogar libre de estrés podría consistir en tener desayunos, almuerzos o cenas familiares regulares.
Esta actividad en conjunto puede hacer que cada uno de los miembros de la familia se beneficien por consumir los alimentos a un ritmo más lento, acción que ayuda a mejorar la digestión.
- Que tus hijos ayuden con la planificación de las comidas
A los niños les encanta sentirse útiles; dar una mano a la hora de elegir lo que serán las comidas de la semana puede ser muy útil en función de saber tomar decisiones acertadamente y con premeditación más adelante en la vida.
Kristin Carlino , dietista registrada y nutricionista en la práctica privada, aseguró que los niños comerán comidas más fácilmente cuando puedan opinar sobre lo que se pone en la mesa.
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