“Me equivoqué”: cómo aceptar un error puede ser el mayor acierto para mejorar tu vida personal y laboral

Reconocer los propios errores y decir "me equivoqué" no es sencillo, pero genera empatía con las personas a las que nos relacionamos y hay que saber hacerlo de la manera adecuada

Me equivoqué, Estar Mejor

El psicólogo social y de la personalidad Mark Leary, PhD, explicó a que una persona humilde intelectualmente tiene la capacidad de reconocer que sus creencias son falibles y toman más en serio las perspectivas de otros. Crédito: Shutterstock

Cuando una persona es capaz de decir “me equivoqué” se orienta a desenvolverse más eficientemente en el área personal y laboral, porque demuestra tener inteligencia emocional y humildad intelectual.

Reconocer los propios errores no es sencillo, pero genera empatía con las personas a las que nos relacionamos y hay que saber hacerlo de la manera adecuada.

El psicólogo social y de la personalidad Mark Leary, PhD, explicó a Well and Good que una persona humilde intelectualmente tiene la capacidad de reconocer que sus creencias son falibles y toman más en serio las perspectivas de otros.

Además, reconocen el valor de las opiniones divergentes por lo que buscan la comunicación con otras personas de diferentes puntos de vista por el deseo de saber la verdad y ser integrales.

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Es definitivamente una virtud en una pareja, en un amigo, un familiar, un compañero de trabajo o un jefe.

Por otra parte, la inteligencia emocional se refiere al conocimiento de los propios sentimientos y emociones y cómo se gestionan.

Si equivocarte te hace perder la cabeza, buscar culpables y nunca reconoces tus errores, puedes perder respeto y confianza dentro de tus círculos sociales y laborales.

En ocasiones se gana, perdiendo y en otras se pierde, ganando.

Para poder reconocer que has cometido un error en cualquier ámbito de tu vida, puedes empezar por darte cuenta cuál es tu sesgo respecto al tema que se discute. Eso te permitirá entender tu propia posición, pero tener la certeza de que no es la única.

El experto señaló que no se deben trivializar las discusiones porque tan pronto como pones valores o moralizas un tema, se hace mucho más difícil que las personas tengan una mente abierta al respecto.

Luego, preguntarte ¿a dónde lleva el debate que se está generando? Los intercambios de este tipo deben orientarse a resolver un problema, una molestia, un reto o un inconveniente, no a generar más de ellos.

Asimismo, no dudes en disculparte si es necesario. En situaciones de alta tensión, una disculpa rápida puede interpretarse como una manera de querer salir del paso y “quedar bien”.

Sin embargo, tomarse el tiempo de reflexionar qué se hizo mal te permitirá sentir el arrepentimiento sobre tus acciones y hacerlo con sensatez.

Recuerda que cuando te disculpas estás asumiendo la responsabilidad de tu parte en el conflicto. Eso no significa que estés admitiendo que todo el malentendido fue culpa tuya.

Ten presente que admitir que hemos cometido un error es una acción sensata, disculparte con altura después de lastimar a alguien es admirable.

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