7 beneficios en la salud de dejar el alcohol por 30 días o más

Michael J. McGrath, MD, psiquiatra licenciado y director médico del Centro de tratamiento de adicciones de Ohana en Hawái, dijo a Real Simple que las personas pueden sentirse significativamente más lúcidas.

«Puede notar un aumento en la claridad mental y la memoria, [ya que] el consumo de alcohol puede afectar la concentración y la memoria», explicó.

El consumo habitual de alcohol puede conllevar a repercusiones negativas en el cerebro  a largo plazo. La mala memoria y la disminución de los reflejos son algunos de los primeros síntomas que aparecen.

Puede que aceptes la creencia popular sobre que el alcohol te puede “ayudar a dormir mejor” y a lo mejor sientas que te facilita el quedarte dormido.

Sin embargo, el alcohol interfiere con sus patrones de sueño a medida que se digiere a través de su sistema.

Esto sucede debido a que el alcohol es un depresor, puede desequilibrar tu ciclo de sueño al ralentizar el sistema nervioso. A medida que este se acelera una vez que el alcohol sale de su sistema, puedes experimentar interrupciones del sueño y despertarte más durante la noche.

«El insomnio es bastante común entre las personas que abusan del alcohol. Además, el alcohol afecta la calidad de su sueño» Dr. McGrath 

Después de 30 días sin alcohol, vuelves a tu estado natural.

El alcohol, sea del tipo que sea, interrumpe la comunicación en nuestro sistema inmunológico, la forma en que el cuerpo se protege contra virus y bacterias. 

“El alcohol provoca un agotamiento constante de las vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita para sentirse lo mejor posible”, indicó Brooke Scheller, DCN, CNS, doctora en nutrición clínica

Luego de un período de desintoxicación, tu sistema inmunológico estará más fuerte.

Beber alcohol afecta tu sistema endocrino, ese que permite que el cuerpo responda adecuadamente y haga frente a los cambios en nuestro entorno. Por ello, los desequilibrios hormonales graves inducidos por el alcohol a veces pueden causar problemas graves como déficits reproductivos, problemas de tiroides y trastornos del comportamiento con el tiempo.

La doctora Scheller explicó que el alcohol tiene efectos bastante nocivos, ya que el etanol, un compuesto orgánico del alcohol, es una toxina para nuestro organismo.

“Los procesos utilizados para descomponer el etanol en nuestro sistema crean subproductos que inducen la sensación de ‘resaca’. Estos síntomas son el resultado de que el cuerpo elimine los compuestos producidos en la descomposición del alcohol», indicó.

Dejar de beber por 30 días o más equilibraría tu sistema endocrino.

El consumo excesivo de alcohol puede provocar una inflamación sistémica o una inflamación prolongada en todo el cuerpo.

“Dejar el alcohol durante 30 días o más puede conducir a una reducción de cosas como dolor en las articulaciones, dolores de cabeza y dolores corporales», dice Scheller.

La inflamación de las articulaciones también está incluido en el este paquete, cosa que puede terminar en artritis. Además, de la deshidratación que genera, lo que contribuye a los dolores de cabeza.

Dejar el alcohol por 30 días o más puede hacer que la microbiota intestinal se regule y desarrolle bien funciones corporales clave como la digestión. 

Cuando la microbiota se desequilibra, puedes experimentar problemas digestivos más directos (dolores de estómago, hinchazón, gases, dolor) y/o efectos secundarios menos obvios de una microbiota alterada, como fatiga, antojos de azúcar y afecciones inflamatorias de la piel. 

Ay, el hígado. El que mayores embates se lleva después de las fiestas o los feriados en los que se consumen copas demás. El consumo crónico y excesivo de alcohol puede destruir las células del hígado, que son necesarias para filtrar las sustancias nocivas en tu cuerpo.

«El hígado graso es un fenómeno común en las personas que beben mucho y con regularidad, lo que lleva a la cirrosis y a la enfermedad hepática terminal», expuso Mary Wirtz, MS, RDN, CSSD.

Sin embargo, alejarse del alcohol le da al hígado la oportunidad de regenerarse. «Dejar el alcohol y abstenerse puede recuperar una parte sustancial de la función hepática. Cuando dejamos de beber, podemos comenzar a reparar algunos de los efectos a largo plazo del consumo de alcohol», concluyó.