5 formas de comer bien y gastar menos si te preocupa la inflación
Una recomendación es cocinar en casa, esto hace que sepamos exactamente qué estamos comiendo y que paguemos menos por ello
De acuerdo a un artículo publicado en la BBC, una familia promedio latinoamericana gasta en comida entre el 25% y el 40% de su presupuesto mensual, de acuerdo a cifras oficiales de cada país.
De hecho, se registra que los sectores más pobres destinan todavía un porcentaje mayor para cubrir los gastos de su alimentación.
En el artículo se menciona que América Latina es la región donde es más caro comer de forma saludable en el planeta junto con África, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).
Para poder hacerlo, cada persona necesitaba US$4,25 diarios en 2019, último dato disponible. Eso es tres veces más de lo que la población podía pagar.
La FAO calcula un índice del precio de los alimentos y ahora es el momento en el que es más caro comer, al menos desde que se tienen registros.
Eso lleva a una peor alimentación, y por consiguiente a mayores tasas de malnutrición e incluso hambre.
Recomendaciones para comer sano y no ganarle a la inflación
«Dado que en América Latina es más caro comer saludable, nos movemos a más carbohidratos, más azúcar, más grasa. Todo eso es barato», asegura el subdirector general de la FAO y representante para América Latina y el Caribe, Julio Berdegué, para la BBC Mundo.
1. Cocinar en casa
De acuerdo al especialista, comprar comida fuera de casa es mucho más costoso en situaciones de inflación y no preserva la buena alimentación.
«Cuando compras comida hecha no sabemos cuál es la calidad de los ingredientes utilizados, o incluso qué ingredientes se utilizaron para su elaboración», asegura Berdegué.
Cocinar en casa hace que sepamos exactamente qué estamos comiendo y que paguemos menos por ello.
2. Comer lo nutricionalmente necesario y no de más
Un alto porcentaje de las personas comen más cantidad de alimentos que la que exige el organismo.
La recomendación es reducir las porciones a porcentajes que sí beneficien el funcionamiento del cuerpo y ayuden al bolsillo.
Y aclara que puede ser una dieta basada en 2.000 y unas 2.500 kilocalorías es un número adecuado de ingesta diaria.
3. Modificar las recetas al bolsillo
Sustituir ingredientes o platos completos es una de las formas de abaratar el gasto en comida.
Un ejemplo son las tortillas de maíz, parte fundamental de la dieta mexicana, le cuestan a los consumidores de ese país 17,7% más ahora que hace un año.
La harina de maíz, imprescindible para las arepas, ha subido de precio en toda la región.
Una comida balanceada debería estar compuesta por una mitad de frutas y verduras, un cuarto de proteínas y el otro cuarto de carbohidratos, afirma Araujo.
En el grupo de las proteínas se encuentran la carne de res y de cerdo, pollo, pescado, leche, quesos, huevos, frijoles, lentejas y guisantes.
La carne de cerdo es la que, en general, subió menos de precio en los últimos 12 meses en América Latina, mientras que el pollo y el pescado acompañaron la suba general, que fue menor al encarecimiento de la carne bovina.
Los frijoles, en cambio, no tuvieron tal incremento de precios e, incluso, están más baratos que un año atrás en algunos países.
Hay formas de consumir alimentos nutritivos sin gastar mucho, como por ejemplo las seis siguientes:
- Planifica tus comidas con tiempo, antes de hacer el mercado.
- Elige alimentos económicos pero saludables.
- No te salgas del presupuesto.
- Sáltate lo orgánico.
- Compra marcas de la tienda.
- Cultiva tus propios alimentos.
¿Cómo alimentarse en tiempos de crisis?
Elige productos sin grasa: aves sin piel ni grasa, carnes magras y pescado. Toma aceite de oliva virgen.
Evita el consumo de productos sin poder alimenticio y altos en calorías: bebidas gaseosas, golosinas, alcohol, etc.
Reduce al máximo el consumo de alimentos con grasas hidrogenadas: precocinados e industriales.