Amores incompletos y el fantasma del primer amor
El primer amor aparece entre los 15 y 18 años, y por eso cuando terminan lo hacen de formas dolorosas e inolvidable
Cuántas relaciones hemos tenido en los últimos años y sentido que son amores incompletos o que no llenan ese vacío que dejó el primero. De seguro es un pensamiento que viene de la mano con la posibilidad de regresar con tu primer amor.
Claudia Lucero, terapeuta de familia, de pareja y psicóloga de la Clínica Psicológica de la Universidad Diego Portales (UDP – Chile), explica que hay amores que se quedan suspendidos en el tiempo y por eso cuando aparecen de nuevo, siempre está latente la posibilidad de retormarlos.
Según la especialista, “existe la suposición de que si algo entre 15 y 18 años va a ser menos traumático o va a tener menor impacto. Pero no es así, puede tener tal intensidad emocional, que lo vivas de una forma tremenda, al punto de marcar de por vida tus relaciones”.
Claudia argumenta que los adolescentes pueden quedar marcados de por vida si su «primer amor» termina de forma no esperada.
Amores incompletos
“Terminar una relación sin anticiparlo les puede afectar – a los adolescentes – la capacidad para establecer vínculos extra-familiares, que es lo que está comenzando a hacer como joven y a los 30 o 40 años afecta más las proyecciones que tiene sobre el futuro con el otro», dijo.
Asimismo expuso que aunque las etapas de la vida son diferentes para cada tipo de amor, pero no están lejos de cómo le afectaron sus primeros amores.
El fantasma del primer amor
Lucero asegura que quien tuvo un amor incompleto tiene que darle un lugar a lo que le pasa emocionalmente con eso para cuidar sus vínculos futuros.
Surge una nostalgia, una posibilidad de llenar espacios que quedaron en blanco y es ahí donde se bloquean otras relaciones.
“A veces ni siquiera es una nostalgia por la persona, sino por las posibilidades de algo que podría haberse desarrollado para toda la vida”, subraya.
¿Está bien volver con tu primer amor?
Cada persona tiene momentos muy específicos de su vida en que inevitablemente se cruza con su primer amor, ya sea con esa persona de la adolescencia, o con un reflejo ya en la vida adulta.
El problema de volver o no con ese primer amor es la idealización, todo que rodea los recuerdos construidos en la juventud son puros y con frecuencia tienen el frenesí de la inexperiencia, por tanto, ubicar a esa persona en un contexto más maduro podría terminar por decepcionar.
Nancy Kalish, psicóloga conductista y profesora de la Universidad Estatal de California, Estados Unidos, comenzó a explorar qué le pasaba a la gente que se reencontraba con amores perdidos.
Kalish entrevistó a 1001 personas que habían vuelto con sus pololos o pololas veinteañeros o de la época del colegio.
Después publicó Lost and found lovers: facts and fantasies of rekindled romances (1997), un libro cuya información fue actualizando en la era de las redes sociales.
Sin embargo, la experta asegura que hay personas que permanecen en ese estado de anhelar, por años, la realización de esa relación que se perdió en el pasado.
“Alguien puede quedarse enganchado amorosamente y no sufrirlo. O puede pasar al extremo opuesto, estar en la peor y sentirse enrabiado, una y otra vez que afloran los recuerdos», dijo.
La experta sugiere que si hubo una relación con buenas formas, va a haber un recuerdo bonito y es entendible que cuando ocurre un evento externo es imposible creer que lo mejor es que hubiese terminado igual, pero por otros motivos y es ahí cuando se vislumbra la realidad.
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