Sí se puede amamantar a tu bebé sin haber tenido un parto
Ahora parejas de lesbianas, madres adoptivas o por gestación subrogada pueden amamantar a su bebé
Adoptaste o tuviste un bebé a través de un vientre en alquiler, pero te preocupa no poder amamantar a tu bebé; te contamos que sí es posible producir leche materna con un tratamiento específico para hacer tu sueño realidad.
“Las primeras referencias que tenemos sobre la lactancia inducida proceden de experiencias sanitarias de voluntariado en el continente africano: allí ocurre con cierta frecuencia que las familiares de madres que fallecen durante el parto (abuelas o tías) alimentan de leche materna a los bebés”, explica Alba Padró, asesora de lactancia y cofundadora de la app de lactancia materna LactApp.
No es un procedimiento sencillo. Suele requerir disposición personal, contención terapéutica y un acompñamiento profesional de especialistas en el tema.
“Resulta mucho más sencillo cuando la persona que quiere amamantar a un bebé ha dado a luz antes, aunque haya sido hace muchos años”, explica Pepita Giménez, profesora de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Salud del campus de Bellvitge.
“Las glándulas mamarias tienen memoria, este proceso se conoce como relactación; en cambio, cuando se debe inducir la lactancia a una mujer que no ha sido madre, el proceso es más complejo y farragoso. Y aun siguiendo todos los pasos, no siempre se logra el objetivo. Pero por supuesto que se puede hacer”, comenta Giménez, creadora de una asignatura pionera sobre lactancia materna en el grado de Medicina de la UB.
Lantancia y maternidad en madres lesbianas es posible
Lo cierto es que para lograr producir leche materna sin haber estado embarazada, se requiere un periodo mínimo de 4 a 6 meses de preparación del cuerpo antes de recibir al bebé.
Con regularidad se puede lograr con productos farmacológicos cuya función es aumentar la producción de prolactina, que es la hormona que estimula la secreción de la leche.
Algunas de las sustancias que se utilizan y que son más conocidas se conocen como galactagogos, sulpirida, la domperidona y la metoclopramida.
Siempre recordamos que cualquier tratamiento debe ser aprobado por un médico certificado o en este caso, la ginecóloga u obstetra que esté llevando tu caso.
Estos fármacos para producir más leche materna tienen algo en común: contribuyen a bajar los niveles de dopamina, un neurotransmisor que está presente en diversas áreas del cerebro y que mantiene inhibida la prolactina.
Asimismo, con el tratamiento de lactancia inducida se busca “simular” un embarazo, y el proceso requiere también tomar anticonceptivos para frenar la menstruación.
Testimonio éxitoso de lactancia inducida
Meritxell Cortés es una analista de datos de La Ametlla (Vallès Oriental, Barcelona), es una de las mujeres que ha vivido esta experiencia.
Contó para La Vanguardia que su pareja se quedó embarazada de mellizos hace tres años. Ella había escuchado hablar sobre la lactancia inducida, pero le costó encontrar a alguien que supiera de qué iba el tema.
“Se lo pregunté a mi ginecólogo y me dijo: “Ah! ¿Pero eso se puede hacer?”. Finalmente, encontró a una comadrona que le guió en el proceso. En su caso, empezó con masajes en el pecho durante 15 días “para que el pecho y el pezón se fuese desarrollando” como ocurre con las madres que gestan.
Más de dos meses antes de que nacieran los niños empezó con el sacaleches: “Lo difícil era hacerlo durante las horas de trabajo: iba al baño cada tres horas y extraía la poquita leche que era capaz de producir. Cinco minutos con cada pecho”, cuenta.
Al final se compró un sacaleches doble para no demorarse tanto tiempo durante la jornada laboral. Aun así, “lo más importante es ser constante durante la noche, que es cuando los niveles de oxitocina están más altos”.
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