Menos sexo podría ayudar a tu relación de pareja: cómo y cuándo

El sexo es parte indispensable de cualquier relación de pareja, pero algunas pueden caer en dos situaciones extremas: no tener nada de intimidad o tener mucha, sin ganas

Menos sexo podría ayudar

La terapeuta sexual, matrimonial y familiar, Diane Gleim, expuso que "una erección no es siempre un llamado a la acción", en ambos escenarios que pueden terminar por perjudicar la relación romántica. Crédito: Pexels

Las relaciones sexuales son un factor indispensable en una relación romántica. Sin embargo, hay algunas ocasiones en las que tener menos encuentros íntimos podría ayudar a tu relación. Te decimos cómo y cuándo.

El balance perfecto de las relaciones de pareja se compone de ser amantes, que comprende el erotismo y el sexo; ser amigos, con la intimidad emocional y las risas; y ser socios, aquellos que dirigen una casa y crían hijos.

Sin embargo, algunas pueden caer en dos situaciones extremas: no tener nada de intimidad o tener mucha, sin ganas.

Si no quieres hacer el amor, por el motivo que fuese, te guiamos en cómo transmitírselo a tu pareja para que no se ofenda. Pero cuando sostienes un acto sexual sin ganas, estás cometiendo un error que incluso podría afectar los futuros momentos de intimidad.

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En cualquier relación amorosa, sobre todo si es un matrimonio, el sexo no puede convertirse en un trámite. Tal vez un día cocinas por obligación, limpias el baño porque toca o sabes que en San Valentín deberías comprarte un regalo a tu pareja, pero la sexualidad no puede mezclarse con la rutina.

Cuando sostienes relaciones sexuales sin ganas y sin desear en ese momento el cuerpo de tu pareja, estarás acabando con la chispa íntima.

De la misma manera, muchas parejas comienzan a volverse asexuadas porque uno de los dos considera que cualquier contacto no erótico y no sexual (besos, abrazos, caricias) hará que la otra parte se excite sexualmente y luego solicite sexo. Entonces, no solo dejan de tener relaciones íntimas, sino que se alejan como pareja.

La terapeuta sexual, matrimonial y familiar, Diane Gleim, expuso en su columna para Psychology Today que el contacto (no el sexo) que sea amable y afectuoso es vital para nuestro bienestar.

“Las parejas en esta situación necesitan hablar más sobre sus experiencias subjetivas y escuchar las experiencias subjetivas de cada uno sin ponerse a la defensiva”, recomendó.

Gleim resaltó que una erección no es siempre un llamado a la acción, en ambos escenarios que pueden terminar por perjudicar la relación romántica.

Asimismo, profundizó que detrás caer en estas situaciones de no tener nada de sexo o tener demasiado, sin ganas, puede haber creencias que las promueven. Por ejemplo, creer que si no hacen nada tendrán bolas azules, pensar que serán unos microondas (que calientan la comida para no comérsela); y tal vez miedo por hacer molestar a la contraparte.

La terapeuta defendió que cuando asimilan que no toda erección es un llamado a la acción, las puertas a nuevas posibilidades para ese escenario, posibilidades que tal vez ninguno de los dos haya considerado antes.

“Entonces es cuando la pareja puede utilizar esas estrategias centradas en el comportamiento para encontrar más conexión, cercanía y contacto. Y tal vez también tener relaciones sexuales”, concluyó.

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