Hacks para estar mejor: el truco para limpiar la grasa del horno
Es imprescindible una buena técnica o el uso de este tipo de trucos para garantizar la higienización eficiente del horno de tu cocina, así como no tener que gastar más producto del necesario
El horno es una parte neurálgica de cualquier cocina, pero a veces no se le da el nivel de limpieza que requiere. Igual que los topes, puede ensuciarse tras cada uso, llenándose de una densa y desagradable capa de grasa. Te decimos el mejor truco para limpiarlo.
A pesar de que en el horno no se haga fritura profunda, con cada uso se va curtiendo de una manera progresiva, que además se puede convertir en caldo de cultivo para hongos y otras bacterias, por lo que siempre requiere de una buena limpieza que alargará su vida útil.
Los limpiadores de hornos convencionales contienen una gama de productos químicos como hidróxido de potasio, monoetanolamina, hidróxido de sodio y butoxidiglicol. Estos y otros productos químicos pueden irritar el sistema respiratorio y quemar la piel, los pulmones y los ojos.
Optar por ingredientes naturales a la hora de limpiar lugares como el horno la cocina de tu casa es beneficioso para ti, tu salud, el planeta y tu bolsillo. De hecho, puedes hacerlo con bicarbonato de sodio y vinagre.
No obstante, es imprescindible una buena técnica o el uso de este tipo de trucos para garantizar la higienización eficiente del horno de tu cocina, así como no tener que gastar más producto del necesario.
Lo primero, al momento de limpiar el horno, es poner a hervir agua en una olla o microondas y verterla en un recipiente apto para calor.
Lo segundo, aplicar el desengrasante casero o químico que decidas ocupar en las paredes del horno con la ayuda de un atomizador.
Seguidamente, mete el agua hirviendo al horno y calibra el horno a 60° C por 20 minutos.
El vapor del agua permite que la grasa comience a derretirse, y que el producto que apliques sea más efectivo.
Luego, toma un poco de jabón lavaplatos y con una esponja de fregar, talla cada rincón lleno de grasa. Obviamente, ya con el horno apagado.
Por último, toma un paño húmedo y retira la grasa y el jabón de la superficie.
Finalmente, seca con toallas de papel ¡y listo!
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