Cómo saber si un pollo está malo, aunque no huela mal: 3 señales para desecharlo
Un pollo que está en malas condiciones, no siempre arroja mal olor, lo que te obliga a fijarte en otras señales para saber si puedes comerlo
Si bien el pollo es uno de los alimentos que más se consume en casa, y que posee una gran fuente de proteínas, también es una de las carnes con mayor riesgo de producir una intoxicación alimentaria, a través de una bacteria llamada Salmonella. Por tal motivo, no solo debes saber cómo manipularlo y cocinarlo, sino conocer también cuándo está en mal estado.
Un pollo que está en malas condiciones, no siempre arroja mal olor, lo que te obliga a fijarte en otras señales visuales para detectar si está apto para su consumo. Te indicamos cuáles son:
3 señales para saber si un pollo está malo, aunque no huela mal
A través del color
Un pollo que está en perfectas condiciones debe tener un color rosa claro y vetas de grasa blanca. En algunos casos pudiera ser ligeramente anaranjado, indicando que también está apto para comer.
Sin embargo, cuando la pulpa del pollo es gris o verde, el alimento está deteriorado y debes desecharlo. Lo mismo ocurre cuando las vetas de grasa son amarillas.
Según los expertos, cuando el ave cruda tiene un ligero oscurecimiento o decoloración, no debes preocuparte, porque es por efecto de una proteína llamada oximioglobina.
¿Y cuándo está bien cocinado?
Sencillamente, cuando el pollo es blanco. Si tiene partes que conservan el color rosa, significa que le falta cocción. Bajo ningún motivo lo consumas así, porque corres el riesgo de intoxicación alimentaria.
Aparición de moho, así sea un poco
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El moho es un hongo que crece por la humedad y la contaminación, por lo que su aparición en un pollo crudo significa que el alimento está estropeado.
Si el hongo solo ha crecido en una parte y eliminas ese trozo, el pollo igualmente está contaminado. Cualquier rastro de moho implica que NO puedes consumirlo.
Por la textura
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La consistencia de un pollo debe ser blanda y brillante, pues solo así indica que está en buenas condiciones. En caso de que su textura sea pegajosa o viscosa, ya no apto para su consumo.
Es probable que el pollo conserve el color rosa y que no tenga rastro de moho, pero la textura viscosa advierte que debes desecharlo inmediatamente.
Hay quienes optan por lavarlo para eliminarle la sensación pegajosa, pero es un gravísimo doble error. Primero, porque sacarle la textura viscosa no significa que ahora esté en buenas condiciones, y segundo, porque un pollo NUNCA debe lavarse antes de cocinarse.
Recuerda que al momento de comprar un pollo, debes fijarte en la fecha de elaboración y vencimiento, sobre todo cuando está en oferta. Asimismo, si tienes pensado utilizarlo en días posteriores, lo recomendable es que lo congeles bien sellado.