King out: una práctica sexual sin penetración que te puede llevar al cielo de placer
La práctica sexual del King Out o Rey Fuera tiene una única regla: no está permitida la penetración
Quizás algunos pensarán que se trata de algo muy aburrido, pero realmente es una decisión muy atrevida, ya que tú y tu pareja se dedicarán a brindarse placer buscando métodos distintos a los convencionales. Crédito: Shutterstock
A ninguna persona le enseñan propiamente a tener relaciones sexuales satisfactorias y en consecuencia el sexo puede reducirse solamente a la penetración, pero hay una práctica sexual que la excluye y te puede llevar al cielo de placer. Se llama King Out o Rey Fuera.
La única regla o premisa es que no está permitida la penetración. Esto abrirá las puertas a otras formas de intimidad física que pueden ser muy placenteras, donde los besos, las caricias, los mordiscos, los masajes, la martubación o el uso de juguetes son los protagonistas.
Sobre todo las mujeres tienen muchísimas zonas erógenas que son inexploradas por los hombres y esta práctica permite conocer esos nuevos horizontes. Sobre todo porque puede resultar difícil identificar que algo te gusta, si no lo has probado.
Acá, cada pareja debe poner a volar su imaginación y ser muy receptivo respecto a lo que note que le guste a la otra persona. De la misma manera debe hacer un compromiso y la confianza para comunicar lo que te gusta, lo que no y a lo que quieres darle una segunda oportunidad.
Saber que no habrá penetración es un gran detonante de la excitación porque vas a querer hacer llegar a tu pareja y él o ella querrán lo mismo de ti.
Si vas a practicar el King Out o Rey Fuera aparta suficiente tiempo porque estas sesiones suelen ser largas, pero valen cada segundo.
Quizás algunos pensarán que se trata de algo muy aburrido, pero realmente es una decisión muy atrevida, ya que tú y tu pareja se dedicarán a brindarse placer buscando métodos distintos a los convencionales. Además, es una oportunidad de innovar en la cama, escapar de la rutina y experimentar en otras formas de alcanzar un orgasmo.
Este juego erótico rebate el “falocentrismo”, que supone que el pene es la fuente única de placer.
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