Demencia: Té con el desayuno y vino con la cena, el nuevo secreto para prevenirla, según un estudio
Un nuevo estudio de la Academia Americana de Neurología encontró que una taza de té con el desayuno y una copa de vino con la cena podría ayudar a prevenir la demencia más adelante en la vida
Los puntajes cognitivos de quienes tenían la mayor ingesta de flavonoles, aproximadamente una taza de té al día, disminuyeron un 40% más lentamente cada década en comparación con sus pares que consumieron la menor cantidad. Crédito: Shutterstock
Los hábitos alimenticios pueden contribuir en gran medida con la salud de cada persona, pero ¿existen hábitos para prevenir enfermedades específicas? Un nuevo estudio de la Academia Americana de Neurología encontró que una taza de té con el desayuno y una copa de vino con la cena podría ayudar a prevenir la demencia más adelante en la vida.
El estudio, publicado en la revista Neurology y reseñado por Study Finds, demostró que los flavonoles antioxidantes presentes en estas bebidas, además de las sustancias químicas vegetales, aumentan el flujo sanguíneo al cerebro. En general, evidenciaron que las personas mayores que consumían más flavonoles tenían mejores habilidades de memoria.
Thomas Holland, MD, MS del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, expresó en un comunicado de prensa que es emocionante que este estudio muestra que tomar decisiones dietéticas específicas puede conducir a una tasa más lenta de deterioro cognitivo.
El Dr. Holland y sus colegas siguieron a 961 estadounidenses de entre 70 y 80 años durante un promedio de siete años.
Los puntajes cognitivos de quienes tenían la mayor ingesta de flavonoles, aproximadamente una taza de té al día, disminuyeron un 40% más lentamente cada década en comparación con sus pares que consumieron la menor cantidad.
Los investigadores clasificaron cinco tipos diferentes de flavonoles: kaempferol, isorhamnetina, miricetina, quercetina e isorhamnetina.
Notaron mayores beneficios para la salud cognitiva con el kaempferol, que abunda en las verduras de hoja verde, la col rizada y el té, tuvo el mayor beneficio, seguido de la miricetina, que abunda en el vino tinto y finalmente la quercetina, también en el té y la col rizada, así como en los tomates y las manzanas.
La isorhamnetina, que se encuentra en el aceite de oliva, no tuvo efecto.
“Algo tan simple como comer más frutas y verduras y beber más té es una manera fácil para que las personas desempeñen un papel activo en el mantenimiento de la salud de su cerebro”
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