Cuáles son los efectos a largo plazo en la salud física y mental de divorciarte
De acuerdo con un estudio, las personas divorciadas, tanto hombres como mujeres, años después de su divorcio, sufren tasas más altas de mortalidad, depresión, enfermedades en general y abuso de sustancias que las personas casadas
El divorcio, un proceso por el que ninguna pareja espera pasar, pero por el cual muchas deben hacerlo para poder seguir con sus vidas. Sin embargo, a pesar de que es una situación premeditada y en muchos casos necesaria, hay efectos en la salud física y mental.
Normalmente, durante el proceso de separación se priorizan a los niños, si los hay, en función de protegerlos y muchos estudios se han compartido al respecto, pero poco se conoce de los efectos a largo plazo en las personas que se divorcian.
De acuerdo con un estudio, publicado en el Journal of Men’s Health, las personas divorciadas, tanto hombres como mujeres, años después de su divorcio, sufren tasas más altas de mortalidad, depresión, enfermedades en general y abuso de sustancias que las personas casadas.
Según los investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, las personas divorciadas (o viudas) son 20% más propensos a sufrir problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, problemas digestivos o metabólicos u otros problemas de salud crónicos.
Asimismo, tienen un 23% más de probabilidades de tener problemas de movilidad, como caminar o subir escaleras.
Los hallazgos mostraron que las personas que se vuelven a casar les va un poco mejor, pero aún tienen un 12% más de enfermedades crónicas y un 19% más de probabilidades de tener problemas de movilidad que las personas casadas que nunca se divorciaron.
La investigación encontró que hombres divorciados sufren más infartos y accidentes cerebrovasculares que los hombres no divorciados. De hecho, su tasa de mortalidad es casi un 250% mayor que la de los hombres casados.
Adicionalmente a esto, los hombres generalmente tienen menos apoyo social que las mujeres y, a menudo, han perdido algunos amigos, por lo que no tienen el mismo apoyo emocional que tenían antes del divorcio.
Por otra parte, a las mujeres el estrés las conduce a niveles más altos de inflamación, erosionando el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular. Usualmente, les va peor económicamente después de un divorcio, un factor estresante crónico que también puede afectar su salud física, según un estudio de la Universidad de Texas, en Austin.
Si experimentas ansiedad o depresión intensa u otros síntomas de salud mental, o todavía lidias con emociones relacionadas con un divorcio un par de años después de que haya ocurrido lo mejor es buscar apoyo y ayuda profesional.
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