Día Internacional del Abrazo: por qué necesitamos abrazos cuando estamos tristes, alegres o eufóricos

Abrazar es un gesto de cariño universal y se ofrece o recibe en un sinfín de escenarios que involucran emociones, desde el más triste desconsuelo hasta la sensación más eufórica. En el Día Internacional del Abrazo, que se celebra cada 12 de enero, la psicóloga chilena Solange Anuch explica por qué los necesitamos y cuál es el proceso químico que se produce en nuestro cuerpo.

Cuando eres abrazado con sentimiento, más allá de las razones, entras en un estado de satisfacción temporal que puede extenderse incluso después del abrazo. Y es que de acuerdo a la experta, en medio de ese contacto físico liberas oxitocina. «Esta hormona no solo genera una sensación de agrado, cercanía y placer, sino que también disminuye el cortisol, hormona asociada al estrés”, explicó la doctora Anuch.

Por su parte la doctora española Lucía Graterón, especialista en neurología, asegura que además de oxitacina tu cuerpo libera dopamina y endorfinas, encargadas de aliviar el dolor y mejorar tu estado anímico. Incluso, un abrazo es capaz de mejorar la memoria y la atención, gracias a los beneficios cognitivos.

Debido a la pandemia del COVID-19 que atravesamos, los abrazos han estado limitados por la medida sanitaria del distanciamiento social, así como los besos y hasta el saludo de manos. Sin embargo, las bondades emocionales y fisiológicas que ofrecen están garantizados por la ciencia.

Y sin la necesidad absoluta de acudir a los expertos, el abrazo es un gesto de amor que somos capaces de ofrecer a las personas, los animales e incluso a algunos objetos, como almohadas, peluches, regalos preciados y todo aquello que te genera una emoción positiva o nostálgica.

Cuando abrazas regalas comprensión, generas empatía, llenas de amor, ofreces consuelo, demuestras importancia, simpatía, cortesía y gratitud. Siempre que puedas y sea pertinente, dale un abrazo a quien lo merece.

Por qué se celebra el Día Internacional del Abrazo

Este día especial forma parte de una iniciativa que se remonta a los años 80, cuando el psicólogo Kevin Zaborney, de la Universidad de Michigan y con maestría en la Universidad de Boston, consideraba que los seres humanos sostenían altos niveles de estrés en el día a día.

Por tal motivo, y en conocimiento de los beneficios de un abrazo, el doctor Zaborney planeó una forma de que las personas pudieran abrazarse con mayor frecuencia, incluso creando todo un «día internacional» para que se cumpliera.

Fue en 1986 cuando el psicólogo logró que la empresa estadounidense Chase, que distribuía su calendario de eventos anuales, incluyera el Día Internacional del Abrazo en un 21 de enero. Desde entonces se convirtió en una celebración nacional, pero no tardó en cobrar relevancia en varios países.

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