COVID: Advierten ola de Mal de Parkinson tras la pandemia
El profesor Kevin Barnham, del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, advirtió que una vez se inflama el cerebro comienza una cascada de eventos que, en última instancia, pueden conducir al Mal de Parkinson
El profesor Kevin Barnham, del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, advirtió que una ola de enfermedades neurológicas seguirá a la pandemia del COVID-19, específicamente con el Mal de Parkinson.
"La enfermedad de Parkinson es una enfermedad compleja, pero una de las causas es la inflamación, y el virus ayuda a impulsar esa inflamación"
Barnham indicó que una vez se inflama el cerebro comienza una cascada de eventos que, en última instancia, pueden conducir al Mal de Parkinson.
“La evidencia ya sugiere que los desencadenantes de la enfermedad de Parkinson están ahí con este virus. Creo que el riesgo es real"
Expuso que a la fecha con 30 millones de personas en todo el mundo afectadas por este virus, incluso un pequeño cambio en el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson llevaría a que muchas más personas fueran diagnosticadas.
Las complicaciones crónicas y a corto plazo del coronavirus se han mantenido en un enfoque nítido durante toda la pandemia. Pero a medida que avanza la investigación, se hace cada vez más evidente que ciertos pacientes descubren que sus cerebros continúan mostrando las cicatrices de sus batallas COVID-19.
Durante el 2020, tres pacientes jóvenes diagnosticados con coronavirus desarrollaron Mal de Parkinson semanas después de contraerlo.
Patrik Brundin, autor principal del estudio de este caso, alertó de que si ese vínculo es real, es posible que nos enfrentemos a una epidemia del Mal de Parkinson en el futuro.
Los tres afectados, de 35, 45 y 58 años de edad respectivamente, sufrieron una infección respiratoria grave por COVID-19, lo que provocó su hospitalización.
Entre dos y cinco semanas después, las imágenes cerebrales revelaron signos clásicos de la enfermedad de Parkinson en los tres pacientes.
“Ocurrieron en personas jóvenes, mucho más que la edad promedio de desarrollar Parkinson, y ninguno tenía antecedentes familiares. Es bastante sorprendente”
El médico sugirió que el COVID-19 podría hacer que los pacientes sean susceptibles a la enfermedad al plagarlos de síntomas neurológicos tras la infección, tales como confusión mental y depresiones, que son consistentes con daños en el cerebro.
El Mal de Parkinson se caracteriza por una disminución gradual de la dopamina en el cerebro, la hormona responsable del movimiento del cuerpo, que causa temblores involuntarios y rigidez, los cuales pueden comprometer gravemente la calidad de vida.
Ante los alarmantes hallazgos, los investigadores han sugerido que los pacientes se sometan a pruebas tempranas para detectar los síntomas.
Los pacientes de Parkinson pueden experimentar pérdida del olfato hasta una década antes de la aparición de los síntomas, por lo que una prueba de detección del olfato podría abrir la oportunidad de una intervención médica temprana, explicó la doctora Lyndsea Collins-Praino, directora del laboratorio de envejecimiento cognitivo en la Universidad de Adelaide.
"Cuanto antes podamos detectar [el daño], mayores serán nuestras posibilidades de terapias realmente efectivas y significativas para las personas"
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