Día Mundial de la Alimentación: cómo comer menos carne vacuna ayuda a mejorar la contaminación ambiental

Las estadísticas actuales demuestran que la mitad de toda la tierra habitable “se utiliza para la agricultura”, destinada a dos objetivos: obtener productos vegetales y para alimentar al ser humano y al ganado. Desafortunadamente, la expansión de estas actividades representa “uno de los mayores impactos de la humanidad sobre el medio ambiente”, por lo que en el Día Mundial de la Alimentación, te contamos que lo más conveniente para prevenir la contaminación es comer menos carne vacuna.

De acuerdo a Our World in Data, al combinar los pastos utilizados para el pastoreo con la tierra destinada a los cultivos de alimentación animal, “el ganado representa el 77% de la tierra agrícola mundial”.

En este sentido, el sitio señala que la agricultura ha transformado los hábitats y “es una de las mayores presiones para la biodiversidad: de las 28,000 especies evaluadas en peligro de extinción, la agricultura es una amenaza para 24,000 de ellas”.

Los expertos sugieren que para reducir estos impactos ambientales, el camino estaría marcado por los cambios en la dieta humana, sustituyendo parte de la carne vacuna con alternativas vegetales. Otra buena noticia, hasta el momento, es que los rendimientos de los cultivos han aumentado significativamente, por lo que mucha tierra apta para la producción agrícola “ha sido ahorrada”.

Pero si se aplicara efectivamente la sustitución de carne animal por vegetales en nuestras comidas, “tenemos una importante oportunidad para restaurar parte de estas tierras agrícolas a bosques y hábitats naturales”.

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Una dieta basada con menos carne vacuna te reduce el riesgo de desarrollar más de 25 enfermedades

Un equipo de científicos analizó el vínculo que existe entre la carne roja y aproximadamente 25 enfermedades graves, en las que destacan: diabetes, insuficiencia cardiaca, trastornos de las articulaciones y neumonía.

Para el estudio publicado en la revista BMC Medicine, investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, monitorearon a casi 475,000 adultos en busca de ingresos hospitalarios por estas 25 enfermedades, reseñó Independent.

Los participantes que se consideraron consumidores habituales de carne (tres o más veces a la semana), completaron al menos tres encuestas sobre su consumo de carne en el transcurso de unos ocho años. Quienes dijeron comer carne con regularidad eran hombres europeos blancos, jubilados, o mujeres posmenopáusicas, con más probabilidades de tener un índice de masa corporal más alto, fumar y consumir alcohol, así como ingerir menos frutas, verduras, fibra y pescado, según el estudio.

Tomando en cuenta estos “comportamientos adversos para la salud”, los científicos encontraron que quienes consumen carne roja sin procesar y carne procesada con regularidad tenían un mayor riesgo de cardiopatía isquémica, neumonía, enfermedad diverticular, pólipos en el colon y diabetes.

Asimismo, precisaron que cada 70 gramos adicionales de ingesta diaria de carne roja y procesada se asoció con un 15% más de riesgo de cardiopatía isquémica y un 30% más de riesgo de diabetes. Respecto a la carne de aves de corral, el equipo la asoció con mayores riesgos de enfermedad por reflujo gastroesofágico, gastritis y duodenitis, enfermedad diverticular, enfermedad de la vesícula biliar y diabetes.

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