Hermanos: 5 aprendizajes que le deja a tus hijos compartir la misma habitación

Cuidando la diferencia de edad de tus hijos y los límites entre un niño y una niña, compartir un cuarto único es una oportunidad maravillosa para que desarrollen valores y sentimientos profundos

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Además de ser hermanos, tus hijos podrían convertirse en grandes amigos, gracias a la estrecha convivencia. Crédito: Freepik

Bien sea por necesidad (el número de cuartos del hogar) o estilo de educación, que tus hijos compartan la misma habitación es una oportunidad maravillosa para que desarrollen valores y sentimientos profundos. Sin embargo, siempre se debe tomar en cuenta ciertos factores, como por ejemplo la diferencia de edad. Si los hermanos tienen 5 y 8 años aún es posible que la convivencia prospere, distinto a que uno tengo 4 y el otro 12, ya que sus necesidades y visiones no pueden mezclarse.

Otro punto importante es cuando se trata de un niño y una niña. En este caso es necesario replantearlo, porque en el mundo femenino hay otros intereses que en el masculino: colores, juegos, programas de televisión, formas de pensar, entre otros aspectos.

Excluyendo estos escenarios específicos, que tus hijos convivan en un mismo cuarto podría brindarte resultados fantásticos. Veamos en qué consisten estas bondades:

5 beneficios de que tus hijos compartan la misma habitación

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Pueden volverse más empáticos

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La empatía es un valor muy complicado de aprender, incluso para los adultos. Sin embargo, compartir una habitación puede ser el primer paso para que dos hermanos lo hagan y la practiquen entre ellos mismos.

La doctora Joanna Seidel, terapeuta infantil y familiar, afirmó que estos escenarios los niños “aprenden a respetarse unos a otros, desarrollan la paciencia y la compresión. Esto los vuelve más cariñosos y empáticos”.

Pero esto no significa que vayan a compartirlo exactamente todo. “Cada uno puede (y debe) tener sus propias pertenencias y un área que puedan decorar individualmente, bien sea una mesa, una pared o la cama”, acotó la experta, según Pure Wow.


Serán mejores hermanos… y amigos

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No cabe duda que el tiempo les dará un lugar muy especial para los dos, entre aciertos y desaciertos, porque al final son niños y seguro tendrán sus discusiones. Pero toma en cuenta que los beneficios trascienden más allá del dormitorio.

Este compartir de una habitación les preparará para futuros escenarios como convivir en un salón de clases y una oficina. Incluso lidiar con los posibles ronquidos ya será una lección valioso para la edad adulta y la vida en pareja.


Tendrán una relación más cercana

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Al estar juntos todos los días en la misma habitación, inevitablemente les llevará a compartir más seguido y desarrollar una vínculo mucho más cercano. “Pueden buscar consuelo y seguridad el uno del otro, se animarán en momentos difíciles y disfrutarán de sus juegos y ocurrencias. Estas conexiones no solo son de hermanos, sino de amigos”, aseguró la doctora Seidel.


Aprenderán sobre sus límites

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Pasándonos a la otra cara de la moneda, si tus hijos comparten una misma habitación tendrán que aprender a establecer sus límites, sobre todo si se trata de un hermano y una hermana, al ser de sexos opuesto. Al principio deberás hacerlo tú, pero con el tiempo ellos sabrán qué les gusta y pedirán a su compañero de cuarto que lo respete. Este es un aprendizaje vital que también les ayudará cuando sean adultos.


Reducirá las discusiones

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Todo dependerá de que el espacio y las pertenencias sean equitativas. No dejes que ningun tenga más que el otro, a menos que alguno se lo haya ganado por su propia cuenta.

Discusiones habrá, esto tenlo por seguro, pero estas fricciones serán parte del mismo compartir y son necesarias para que la relación crezca, incluso desde el perdón.

Con el tiempo notarás que podrían extrañarse, tener mayor confianza y volverse más protectores uno con el otro. La hermandad es algo muy bonito desde la niñez y con las estrategias correctas estarás inculcando valores que les acompañarán durante toda la vida.

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