«Relación simbiótica»: cuando compartir los mismos gustos con tu pareja se vuelve tóxico
La esencia de este tipo de relaciones es que las diferencias con tu pareja se diluyen cuando están juntos
Aunque al inicio luce interesante y hasta apasionado, el amor "simbiótico" tiende a caer en lo nocivo. Foto: Freepik
Seguramente te ha parecido súper romántico que tú y tu pareja compartan gustos muy similares, quizás al momento de vestirse, elegir la comida o tomar una decisión. En ocasiones pareciera que piensan lo mismo y se afirman estar conectados con la mente, como si fuese, una sola persona, al estilo almas gemelas. Si realmente te ha pasado es probable que experimentes una «relación simbiótica», y aunque la idea suena maravillosa, esto a la larga puede convertirse en algo tóxico.
La palabra «simbiótica» proviene de «simbiosis», que en términos científicos es «la asociación íntima de organismos de especies diferentes para beneficiarse mutuamente». Cuando se lleva al plano amoroso se sabe que la pareja son dos personas distintas, pero al compartir tantas ideas y gustos parecidos se dice que están en una relación simbiótica.
La esencia de este tipo de amores es que las diferencias de cada uno se diluyen cuando están juntos. Pero… qué tan saludable es estar con alguien que constantemente quiere lo mismo que tú. Al inicio resulta interesante, apasionado y hasta curioso, sin embargo, el tiempo va arrojando algunas señales tóxicas que dañan la relación.
Cuando se produce esta «simbiosis» de pareja, la relación tiende a convertirse en lo más importante para ti, pero a un nivel nocivo. De este modo te alejas de tus círculos primaros, como la familia y amistades, y te cierras a la posibilidad de vivir nuevas experiencias que no incluyan a ese ser con el que sientes esa especie de fusión, explica Glamour.
Asimismo, comienzas a sacrificar tus gustos para mantenerte en la misma línea de tu pareja, colocas sus intereses por encima de los tuyos, cambias realmente tu manera de pensar e incluso desarrollas un apego emocional donde te invade el temor a que esa persona abandona la relación. Al final te das cuenta que no estás disfrutando del amor, sino que vives en un escenario idealizado.
¿Y cómo evitar caer en una «relación simbiótica»?
No hagas a un lado tus intereses
1
Es el primer paso para bloquear la idea de una relación donde el romanticismo de «ser iguales» causa daño.
Trabaja en tus propios intereses y por nada del mundo abandones las actividades y cosas personales que te gustan, mucho menos si es para complacer a tu pareja y fingir que realmente son «simbióticos».
Por supuesto no dejes a un lado a tus familiares y amigos, un consejo en cualquier relación, más allá del problema.
Valora tu espacio personal
2
¡Esto es clave! Por muy «fusionados» que se sientan al estar juntos, esto no significa que no puedan separarse para disfrutar de sus intereses personales. Toda pareja necesitas sus límites y espacio, sobre todo cuando la relación ya transcurrió esa etapa tan apasionada donde bajo ninguna circunstancia quieren distanciarse.
Disfruta las diferencias con tu pareja
3
Cuando veas una diferencia en tu relación, en cuanto a gustos o forma de actuar, piensa que esto los hace más interesantes como individuos y como pareja. Porque vamos, que sean una copia exacta para todo puede resultar muy aburrido.
Sincérate en lo que deseas
4
No fijas para complacer. Si eres del azul o deeas el azul, respeta tu postura. Si no expresas sinceradad para ti mismo, a la larga caerás en una frustración causada por esa teoría de la «simbiosis» que quizás alguna vez te la dijeron o parecías tenerla con tu pareja y ahora quieres idealizarla.
Resuelvan sus diferencias, que obviamente las hay
5
Otro clave fundamental para disfrutar de tu relación sin caer en las teorías del amor «simbiótico» es resolver las diferencias con tu pareja con el debido respeto y negociación por sus gustos. Si estos son muy distintos, al punto de no poder entenderse, lo más aconsejable es que te replantees si de verdad quieres estar con esa persona.
