Cómo prevenir la intoxicación con ftalatos, los químicos de los plásticos que pueden dañar el cerebro de los bebés

El uso de ftalatos en la manufactura de los empaques de plástico de los alimentos para niños es una preocupación constante de padres y pediatras

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Exponer a los bebés a los ftalatos puede tener serias consecuencias. / Foto: Unsplash

La ciencia ha demostrado que los ftalatos, que son químicos que se utilizan en la manufactura de plásticos como empaques y recipientes, pueden dañar el desarrollo del cerebro de los bebés desde que están en el útero de la mamá. Muchos de los envases en los que se presentan los alimentos para niños contienen estos peligrosos neurotóxicos que también se utilizan en la manufactura de PVC y otros materiales. ¿Y cómo prevenir la intoxicación con ftalatos?


¿Qué son los ftalatos?

En Estados Unidos, el Proyecto Targeting Environmental Neuro-Development Risks (TENDR), conformado por profesionales de la salud, científicos y activistas por la infancia, están trabajando para que las autoridades prohíban de inmediato el uso de ftalatos en los productos de consumo, especialmente en los que van dirigidos a los niños.

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Los ftalatos son químicos que flexibilizan el plástico y, a su vez, lo hace más difícil de romper. Se encuentran en muchos artículos del hogar, para los automóviles, en detergentes, muebles, ropa, cortinas de ducha, suelos de vinilo, aceites lubricantes, adhesivos, productos impermeables o resistentes a las manchas, envases de alimentos, botellas y productos de consumo como jabón, esmalte de uñas, lacas para el cabello y champú, pues hacen que las fragancias duren más. Así que muchas veces, aunque los ftalatos no se encuentren declarados en las etiquetas de los productos, pueden estar contenidos en los aromas.

Otros productos que contienen ftalatos son los productos de PVC para construcción y plomería, tubos médicos, mangueras de jardín en incluso algunos juguetes para niños. Según datos de CNN cada año se consumen unas 8.4 millones de toneladas métricas de ftalatos y otros plastificantes en el mundo.

Diversas investigaciones han vinculado la extendida presencia de estos químicos con problemas como malformaciones genitales, testículos que no descienden en los bebés varones, obesidad infantil, asma, problemas cardiovasculares y reproductivos, cáncer e infertilidad.



¿Cómo reducir la exposición a los ftalatos?

Mientras iniciativas como la de TENDR prosperan, los padres pueden utilizar su poder de consumo para minimizar el contacto de sus hijos y de ellos mismos con los ftalatos. La Pediatric Environmental Health Speciality Unit (PEHSU) sugiere tomar estas precauciones:

  • Rechazar envases plásticos con la siguiente simbología:
plasticos con ftalatos
Foto: PEHSU
  • No calentar líquidos o alimentos en recipientes de plástico ni usar cling wrap en el microondas.
  • No lavar recipientes de plástico en el lavavajillas.
  • Preferir envases de vidrio o plástico de polietileno (número 1).
  • No usar botellas de plástico para líquidos calientes.
  • No consumir alimentos enlatados.
  • Buscar productos que digan “libres de ftalatos” o “libres de bisfenol A”.
  • Preferir los productos para bebés libres de fragancias.

¿Qué hacen los ftalatos a los niños?

juguetes bebé
Algunos juguetes contienen ftalatos. / Foto: Unsplash

Una investigación publicada en el American Journal of Public Health recopila información de más de 30 estudios que han examinado las consecuencias de exponer a los bebés a los ftalatos desde el útero materno en 11 diferentes países del mundo. Las alteraciones que estos químicos provocan en el cerebro de los niños genera problemas que se van presentando con el paso de los años, como trastorno por déficit de atención (TDA), hiperactividad, reactividad emocional y comportamientos delictivos.

Por ejemplo, uno de los estudios reveló que los bebés de madres con altos niveles de ftalatos en la orina durante el segundo trimestre de embarazo presentaron tres veces más probabilidades de tener hijos con TDAH en comparación con las mujeres que tenían niveles más bajos. Además, los bebés con alta exposición a los ftalatos desde el útero materno tenían un coeficiente intelectual siete puntos menor que los niños con menor exposición.

Y aunque los ftalatos son desechados por el organismo más rápidamente que los metales pesados como el plomo, el problema de exponer a los bebés en el útero a los ftalatos es que estas sustancias dañan su cerebro en desarrollo de manera irreversible.


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