3 modos en que la relación entre una madre y su hijo varón no es sana
Las madres que toman decisiones por sus hijos, los sobreprotegen y ocupan el lugar de las cónyuges, terminan generando problemas psicológicos y emocionales en ellas y sus vástagos
Existen tres tipos de relaciones entre una madre y su hijo varón, a veces único, que se vuelven totalmente dañinas para la salud emocional y psicológica de los dos, y que parece ser muy común en nuestras sociedades.
Quizás por soledad, alguna afectación del pasado, o un tema psiquiátrico (algo más serio) observamos comportamientos muy dañinos entre madres e hijos como por ejemplo, mamás que se atribuyen las tomas de decisiones de sus descendientes; otras que actúan de forma sobreprotectora sin razón alguna; y los casos más delicados, las que terminan ocupando el lugar que le correspondería a la cónyuge de su vástago.
El portal Learning Mind publicó un trabajo que explica estos tres tipos de relaciones malsanas y cómo estas pueden tener un efecto negativo tanto en la vida de la madre como en la de su hijo.
Cuando la madre toma todas las decisiones por su hijo
Este comportamiento de la madre puede hacer que sea difícil para el hijo escapar de un patrón de dependencia. “No es saludable que un hijo dependa de la ayuda de su madre para tomar decisiones”, señala el portal Learning Mind.
Si un hijo todavía considera que su madre es la principal prioridad en su vida, incluso antes que su pareja, la relación es muy malsana.
Esto puede hacer que el hijo se sienta culpable si no se mantiene en contacto con su madre.
Esto no quiere decir que esté mal que una madre y un hijo estén cerca. Si te encuentras en un tipo de relación, ya seas la madre o el hijo, es algo bueno y saludable.
Sin embargo, hay una línea que nunca debe cruzarse. En la relación, si están demasiado cerca, puede significar un peligro para ambos.
Cuando las madres son sobreprotectoras
Parece que las mamás, en general, tienen dificultades para dejar ir a sus hijos.
Es importante que el hijo tenga una relación cercana con su madre durante su crecimiento; y las madres deben proteger a sus hijos. Sin embargo, cuando se vuelven demasiado sobreprotectoras, la relación se vuelve malsana no solo para el hijo, sino también para la madre, señala el portal.
Cuando la madre se vuelve la sustituta de la cónyuge
Hay relaciones malsanas entre madre e hijo en las que la progenitora sustituye la relación que debería tener su vástago con su pareja. Puede ser que el esposo y padre del hijo ya no viva con la familia o haya fallecido. También podría ser que no esté brindando el nivel de apoyo emocional que la mujer necesita o que la esté abusando, dice e portal. De alguna manera, puede sentirse natural para ella ver a su hijo como lo más cercano a una pareja masculina.
Sin embargo, el hecho de que el esposo / padre no esté a la altura del hombre que debería ser o no esté allí para asumir la responsabilidad de su papel, no significa que el hijo deba ser visto como un sustituto.