Gastroenteróloga revela por qué NO debes aguantar las ganas de hacer popó

La doctora Samanta Nazareth, gastroenteróloga de la Ciudad de Nueva York, explicó las razones por las que nunca deberías aguantar las ganas de hacer popó, a menos que se trate de una ocasión muy puntual

Aunque ir al baño después de haber aguantado las ganas, produce alivio, la satisfacción puede ser muy diferente.

Aunque ir al baño después de haber aguantado las ganas, produce alivio, la satisfacción puede ser muy diferente. Crédito: Shutterstock

Aguantar las ganas de hacer popó puede llegar a convertirse en una necesidad puntual, debido a que no tienes un baño cerca o no estás en un lugar donde te sientes cómodo para sentarte en el sanitario. Sin embargo, cuando se vuelve un hábito, las consecuencias impactan directamente sobre los intestinos, el colon y la zona íntima.

La doctora Samantha Nazareth, gastroenteróloga que ejerce su profesión en la Ciudad de Nueva York, entiende que, «a veces, terminamos en situaciones en las que no queremos defecar».

«Está bien de vez en cuando (aguantar las ganas), pero no recomendaría que se convierta en un hábito», añadió la experta.


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Qué le sucede a tu cuerpo cuando aguantas las ganas de hacer popó con frecuencia

En primer lugar, si estás muy apurado, la sensación es horrible. Y como decían las abuelas: «prefiero perder un amigo, que un intestino», lo más sensato es que pidas permiso para utilizar el baño o busques alguno para tus necesidades.

Cuando aguantas las ganas, te sientes con gases e hinchado, síntomas que pueden desaparecer de inmediato o poco a poco después de ir al sanitario.

Sin embargo, prolongar la visita al baño o retener las ganas con frecuencia, hace que tus heces se vuelvan duras y secas. «Permanecen exactamente donde están: en tu colon, y cuanto más tiempo están allí, se vuelven más duras y secas», señala la gastroenteróloga.

También explica que en el colon absorben más agua, lo que dificulta su evacuación y provoca estreñimiento.

«Y al caer en la situación con frecuencia, estás entrenando a tu cuerpo para que no la libere cuando tengas ganas (…) Con el tiempo, podría provocar estreñimiento crónico», apuntó.

Las heces duras, producto de retenerlas, causan hemorroides

Al tratarse de una complicación asociada con el esfuerzo para evacuar y el estreñimiento, la doctora Samantha Nazareth advierte que aguantar las ganas de hacer popó favorece la aparición de hemorroides, que son venas inflamadas en la cavidad anal y el recto.

La gastroenteróloga no solo recomienda que acudas al baño cuando la naturaleza llamada, indistintamente del escenario. También te aconseja alimentarte con mucha fibra y beber abundante agua todos los días, lo que ablanda las haces, previene el estreñimiento, y por ende, las hemorroides.


La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.

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