Carga mental: un mal silencioso que afecta al 71% de las mujeres
Para frenar este sobreesfuerzo lo primero es darnos cuenta de que lo sufrimos: “¡Hay personas que no son conscientes de la carga mental que llevan!”, dice la experta
La carga mental de la mujer puede estar vínculada al trabajo, la familia, la pareja y la maternidad por las diferentes tareas que debemos hacer en el día casi sin ayuda o colaboración de nadie.
La carga mental remite a tareas que implican fundamentalmente procesos cognitivos, procesamiento de información y aspectos afectivos.
Un ejemplo es que las tareas que necesitan cierta intensidad y duración de esfuerzo mental de la persona en términos de concentración, atención, memoria y coordinación de ideas, terminan por agotar tanto físico como mentalmente.
Según el estudio de la web “Próxima a ti” de P&G, el 71% de las mujeres sufre carga mental frente al 12% de los hombres.
Culturalmente está instalado el discurso: «las mujeres podemos con todo», y nada más alejado de esto. No se puede estar ciento por ciento en el trabajo, en la casa, con la pareja, los hijos, cuidar de la salud física, mental y además, fomentar el vínculo en las relaciones sociales.
«Poder con todo» es una una utopía del patriarcado, de la cultura machista y de una sociedad irresponsable.
Hagamos el ejercicio de pensar: Cuándo fue la última vez que nos sentamos sin tener algo pendiente.
La cabeza, sin querer, tiene una lista de tareas a resolver, y ahí está el 71% de mujeres que admiten ser la niñera, personal doméstico de casa, nutricionista (sin ser remunerado) y, además, querer desarrollar una carrera profesional.
Efectos de la carga mental en las mujeres
La carga mental no está únicamente vínculada al cansancio, lamentablemente, estos niveles de estrés terminan por generar ansiedad.
Es importante, tener registro de este cansancio y plantear, con las personas que corresponda, una distribución de tareas más equitativa.
También hay un trabajo interno para aceptar que no estás sola de manera obligatoria, y si así lo eliges, siempre puedes encontrar una forma para delegar responsabilidades.
Según un documento presentado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, “en cualquier trabajo, el trabajador tiene que poner activar procesos tanto físicos como mentales para determinar la carga de trabajoy con ello los requerimientos psicofísicos a los que se somete al trabajador a lo largo de su jornada laboral”.
Los factores de riesgo de carga mental:
“Creo que las mujeres fuimos educadas para estar pendientes del cuidado doméstico y familiar y, también se nos presiona para tener una carrera profesional. Es cierto que hay un cambio y cada vez se comparte más la logística, la planificación, la coordinación y toma de decisiones, pero todavía es insuficiente”, explica Irene Alonso Vaquerizo, psicóloga sanitaria para Vogue.
Por eso, es importante definir las exigencias del trabajo es determinante para entender el grado de movilización emocional que genera en la persona las tareas asignadas y el esfuerzo que debe realizar para cumplirla.
Delimitar las exigencias en el hogar permitirá delegar responsabilidades dentro de casa, así todos pueden ocuparse de limpiar los espacios físicos, delegar quién prepara los alimentos, y promover hábitos de higiene en los niños, en caso de tenerlos.
Cómo saber si tengo carga mental
La psicóloga, recomienda hacer una lista con todas esas tareas que desarrollamos en el día y asignarles un valor económico.
Solo viendo reflejadas esas actividades en un documento Excel, documento a lápiz o en el dispositivo móvil, se puede tomar consciencia de la carga que tenemos encima.
Los expertos también recomiendan usar técnicas como el mindfulness, para conectar con el presente y evitar que la mente siga pensando, organizando y decidiendo en cada instante.
No obstante, lo importante es no descartar el apoyo profesional: “Es importante establecer horarios, aprender a poner fin a la jornada laboral, hacer pausas a lo largo de la misma y poner límites. Es importantísimo delegar tareas y pedir ayuda”, dijo Irene.
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