3 cosas que debes internalizar como cuidador de un paciente con demencia
El deber de atender a una persona que está en estado de dependencia, nos hace prácticamente convertirnos en una extensión de ellos
Al ser cuidadores nos sentimos egoístas por querer cuidar de nuestras propias necesidades, pero es indispensable. Busca la mejor manera de hacerlo de acuerdo a tus preferencias. Crédito: Pexels
Asumir el cuidado de un paciente neurodegenerativo requiere de mucha determinación y entrega. A fin de cuentas mucho amor y vocación. Te comparto 3 cosas que (a mi juicio) debes internalizar como cuidador de un paciente con demencia en función de evitar el síndrome del cuidador quemado.
En el momento en el que diagnostican a un familiar con Alzheimer, demencia u otro tipo de deterioro cognitivo, los cuidadores nos entregamos en cuerpo y alma a esta labor.
Ser cuidador no es nada sencillo y realmente hay muy poca información que se dirija a quienes ejercen este rol. Sin embargo, el agotamiento pasa factura en el cuerpo y la mente.
El deber de atender a una persona que está en completo estado de dependencia, nos hace prácticamente convertirnos en una extensión de ellos. Creemos que nadie los cuidará con la misma entrega que nosotros y al mismo tiempo, deseamos renunciar a ser los cuidadores principales.
Este sentimiento de impotencia no es más que parte de la que puede ser la curva de aprendizaje de los cuidadores. Al tener tan poca información disponible, la mayoría llega a quemarse antes de darse cuenta de que también debe cuidar de sí para ejercer esta labor.
Por ello, como cuidadora de mi madre con demencia vascular, hay 3 cosas que debes internalizar como cuidador de un paciente con neurodegenerativo que son importantes para evitar enfermarte física y mentalmente.
1.No descuidar tus rutinas de autocuidado: cuidar de tus propias necesidades es algo que no nos enseñan a hacer en la escuela o el hogar, pero es tan indispensable como saber multiplicar o cepillarte los dientes todos los días. Busca la mejor manera de hacerlo de acuerdo a tus gustos.
Puede tratarse de tomar 15 minutos para hacer tu rutina de skincare todas las mañanas, o dedicar un momento para meditar, salir a dar un paseo corto o ver una película en tu habitación. Todo dependerá de la disponibilidad que tengas.
2. Delegar el cuidado de alguna manera: la primera línea de ayuda para el cuidado puede estar en la familia. Sin embargo, la mayoría de las veces esta repartición de responsabilidades conlleva problemas intrafamiliares. En importante organizarse para evitar que el cuidado no recaiga sobre solo uno de ellos o para salir de la situación de que solo uno es el cuidador.
Hay cuidadores, enfermeros, residencias a tiempo parcial y a tiempo completo que son una opción de acuerdo a las características del paciente y la capacidad económica de los familiares.
3. No estás solo, haz comunidad: ser cuidador es agotador, pero aparte está invisibilizado, porque se superpone la creencia de que “el amor lo puede todo” y la realidad es que no. Entonces, uno se siente muy solo y culpable de querer tiempo para uno mismo.
Encontrar personas que compartan tu experiencia es sumamente reconfortante. Al menos a mí me ha sido de gran ayuda en la plataforma de TikTok.
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Sobre la autora:
Didiana Archila es cuidadora principal de su madre, quien fue diagnosticada con demencia en el año 2015. Los primeros seis años se dedicó a cuidarla desde casa, al tiempo que trabajaba y terminaba su licenciatura en Comunicación Social. Para 2021, tomó la decisión de delegar el cuidado en un centro privado de atención especial en Caracas, Venezuela. Ahora, comparte su experiencia en plataformas sociales con otros familiares de pacientes con enfermedades neurodegenerativas que han encontrado un sentido de comunidad en un tema un tanto desconocido: el cuidador también debe cuidarse.
