Ruptura de amistad: 4 consejos de una experta para afrontar el duelo tras perder a un amigo
La doctora Suzanne Degges-White, consejera profesional, junto a otros colegas, ofreció sus consejos más efectivos para afrontar el duelo de perder a amigo, que en algunos casos llega a ser más doloroso que una ruptura amorosa
Buscar consuelo en otra amista es válido, ya que es una manera sana de afrontar el luto y la tristeza. Crédito: Shutterstock
Los duelos no solo se producen cuando se pierde físicamente a un ser querido, sino también en otros escenarios. El psicoterapeuta venezolano Carlos Fraga, coach de bienestar y experto en asuntos de pareja, asegura que el sentimiento de luto también sucede cuando renuncias a un trabajo de muchos años, termina un viaje, una relación o cuando decides culminar con una amistad.
Y respecto al hecho de perder a un amigo, por distintas circunstancias que pudieron dañar el vínculo afectivo, la doctora Suzanne Degges-White, consejera profesional, junto a otros colegas, ofreció sus consejos más efectivos para afrontar este tipo de duelo.
En algunos casos, separarse de una amistad puede ser mucho más duro que de una pareja, sobre todo si dentro de los motivos hay decepción, traición y dolor.
Es válido llorar
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Como toda pérdida o ruptura, el primer paso para superarlo es validar y gestionar el dolor que estás sintiendo. Si necesitas llorar porque perdiste una buena amistad, hazlo, asegura Weena Wise, terapeuta con licencia y propietaria de Covenant Counseling Group en Maryland.
La experta explica que «todas las rupturas merecen un tiempo de reflexión que te permita superar las reacciones emocionales iniciales, para que puedas procesarlas y seguir adelante de manera saludable».
Es importante reconocer que la persona de la que te estás despidiendo ocupó un espacio importante en tu vida durante un lapso de tiempo. Y como compartieron tiempo, cariño y hasta secretos, es completamente válido que duela su ausencia.
No te aferres al pasado
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Quizás esa amistad fue muy importante para ti durante años, y son muchos los momentos que vivieron juntos. Sin embargo, no debes aferrarte a esa nostalgia si sencillamente ambos (o esa persona) decidieron distanciarse.
Revisar constantemente sus redes sociales, leer mensajes antiguos o ir al restaurante donde solían comer, puede hacer el proceso más duro para ti. La coach Weena Wise dice que aferrarse al pasado y tratar de entender por qué ya no son cercanos no te hará sentir mejor, sino todo lo contrario.
No caigas en su terreno si te hizo daño
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Aunque algunas amistades se quiebran en buenos términos y otras de a poco se van esfumando, otras no se rompen tan bien. En el caso de que tu amigo esté hablando mal de ti con otros o intente hacerte daño, no le pagues con la misma moneda.
Aunque vengarse parezca la solución, Weena Wise insiste que debes negarte a caer en ese terreno. Eso solo aumentará el dolor y complicará aún más las cosas, además de llenarte de odio y resentimiento.
Y si sientes que la situación te está afectando, considera desahogarte con alguna persona de confianza o con un terapeuta, en lugar de tomar represalias, aconseja Dra. Suzanne Degges-White.
Acepta el cambio
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Quizás el motivo por el que esa amistad ya no está no tiene nada que ver con una pelea, sino simplemente que ya no comparten el mismo camino. Esto se puede dar por diferentes circunstancias, tales como distancia, cambios de círculo social, de estilos de vida, entre otros.
Las personas están en constante evolución, y eso a veces incluye que ya no tengas las mismas cosas en común con esa amistad, por lo que de a poco pueden irse separando. Esto hay que aceptarlo con madurez y reconocer que es parte de la vida.
En este sentido, la doctora Suzanne Degges-White te aconseja: «Concéntrate en apoyar y establecer amistades que reflejen en quién te estás convirtiendo y no en quién eras hace un año o una década».
Las rupturas de amistades pueden doler igual o más que una de pareja, así que es importante que sepas cómo gestionar tus emociones en este duro momento. No te sientas mal, es completamente normal que te duela perder a una persona que te acompañó gran parte del camino.
