Cómo limpiar tu parrillera: 2 trucos que no fallan

A través de dos trucos ingeniosos, y que tal vez nunca te habían contado, te explicamos cómo puedes limpiar tu parrillera y dejarla impecable para una buena barbacoa con tu familia y amigos

Remedios caseros para limpiar una parrillera.

Una parrillera limpia protege la calidad y el sabor de tu comida, evitando además una intoxicación alimentaria. Crédito: Shutterstock

¿Listo para una barbacoa? ¡Oh, espera! Esa parrillera está sucia y con restos de comida. Antes de que salgas corriendo a comprar un “superlimpiador de parrilleras”, que quizás te salga ridículamente costoso, debes saber que existen dos remedios caseros muy efectivos para dejarla como nueva.

Se trata de la cebolla y la papa. Sí, es en serio, aparta alguna para aplicar el truco y quedará impecable en unos pocos minutos. Te enseñamos a utilizarlos:

2 trucos que no fallan para limpiar tu parrillera


Con cebolla

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Tu primer paso es retirar las rejillas y sumergirlas en una tina con agua jabonosa (o con una solución de agua y vinagre), siempre que no sea de metal fundido.

Seguidamente, pica una corteza de la cebolla y pinchándola con un tenedor para asar, frótala boca abajo por cada una de las rejillas de hierro. Incluso, es recomendable que esté un poco caliente para combinar las propiedades antibacterianas del calor.

Y si los restos de comida están muy atascados, intenta usar un ácido natural, como jugo de limón o vinagre blanco para mayor efectividad.

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Con papa

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Este es un remedio casero que seguramente no te esperabas, pero es tan efectivo como la cebolla.

Lo primero es que calientes la parrilla, ya que la superficie caliente del hierro permitirá que la papa pueda adherirse al material y despegar los restos de comida.

Antes de actuar, corta las papas en mitades y sujétalas con la pinza de parrilla, esa que usas para voltear los filetes. Además, te ayudará a no quemarte. Incluso, es aconsejable que te pongas guantes de horno.

Seguidamente, al igual que como hiciste con la cebolla, toma la mitad de la papa y frótala con fuerza en el hierro de la parrillera. Si notas que se desgasta o se rompe, aplica la otra mitad de la papa para terminar de limpiarla.

Ahora sí, tu parrillera está lista para recibir esas suculentas chuletas de cerdo o los infaltables muslos de pollo. Recuerda mantener a los niños alejados del fuego y una vez que la termines de usar, asegúrate de taparla y que las llamas queden apagadas sin ningún material inflamable a su alrededor.

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