Diabetes: hallan nueva hormona para controlar los niveles de azúcar en sangre

El descubrimiento de la nueva hormona podría conducir al desarrollo de nuevas terapias para tratar la diabetes y también sienta las bases para nuevas y prometedoras vías en la investigación del metabolismo

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La molécula llamada FGF1 regula la glucosa en sangre al inhibir la degradación de grasas (lipólisis), similar a lo que hace la insulina, pero de diferente forma. Crédito: Pexels

Investigadores del Salk Institute for Biological Studies hallaron una hormona, producida en el tejido graso, que como la insulina también sirve para controlar de forma rápida los niveles de azúcar en sangre o glucosa.

Dicho descubrimiento podría conducir al desarrollo de nuevas terapias para tratar la diabetes y también sienta las bases para nuevas y prometedoras vías en la investigación del metabolismo.

La molécula llamada FGF1 regula la glucosa en sangre al inhibir la degradación de grasas (lipólisis), similar a lo que hace la insulina, pero de diferente forma.

El estudio, publicado en Cell Metabolism y reseñado por Medical Xpress, resulta de especial utilidad para que se desarrollen tratamientos con el fin de reducir de manera segura y exitosa la glucosa en sangre en personas que padecen resistencia a la insulina.

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"Hemos identificado un nuevo jugador en la regulación de la lipólisis de grasas que nos ayudará a comprender cómo se gestionan las reservas de energía en el cuerpo"

Ronald Evans

Coautor principal y profesor titular de la Cátedra March of Dimes en Biología Molecular y del Desarrollo

Cuando comes grasas ricas en energía la glucosa ingresa al torrente sanguíneo, la recibe la insulina para transportar los nutrientes a las células de los músculos y el tejido graso, donde se utilizan inmediatamente o se almacenan para su uso posterior. 

Quienes padecen resistencia a la insulina no eliminan la glucosa de manera eficiente y una mayor lipólisis aumenta los niveles de ácidos grasos. Esta situación acelera la producción de glucosa en el hígado, lo que agrava los ya altos niveles de glucosa.

En consecuencia, los ácidos grasos se acumulan en los órganos, exacerbando la resistencia a la insulina, características de la diabetes y la obesidad.

Previamente, se sabía que la inyección de FGF1 reducía drásticamente la glucosa en sangre en ratones y que el tratamiento crónico con FGF1 aliviaba la resistencia a la insulina. Pero cómo funcionaba seguía siendo un misterio.

Este estudio demostró que FGF1 suprime la lipólisis, como lo hace la insulina; así como que regula la producción de glucosa en el hígado.

Dichas semejanzas incentivaron a los científicos a preguntarse si el FGF1 y la insulina utilizan las mismas vías de señalización (comunicación) para regular la glucosa en sangre. Pero no, FGF1 usa una vía diferente.


"Este mecanismo es básicamente un segundo bucle, con todas las ventajas de una vía paralela… Si una no funciona, la otra puede hacerlo. De esa manera, todavía tienes el control de la lipólisis y la regulación de la glucosa en sangre”

Gencer Sancar

Primer autor e investigador postdoctoral en el laboratorio de Evans

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