Ayuno intermitente: 4 errores que pueden acabar con tus aspiraciones para perder peso
El ayuno intermitente es un compromiso con la alimentación y una experimentación de beneficios
Aquí te vamos a dar el primer error, gratuito y sin incluirlo en los cuatro siguientes que vamos a explicarte: el ayuno intermitente NO significa saltarse el desayuno y nada más. Estamos hablando de un plan de alimentación que tiene bloques de tiempo para alimentarte y preparar tu cuerpo para un ayuno de varias horas donde generalmente se incluye el periodo del sueño.
De acuerdo a los expertos, el ayuno intermitente es un compromiso, una experimentación individual de los efectos que puede originar en el cuerpo. Y que con el tiempo se va moldeando o adaptado a nuevas formas, según la comodidad de quien lo practica. Si no entendemos estos fundamentos, es normal caer en equivocaciones tontas, pero que al mismo tiempo es indispensable corregirlas.
4 errores que podrías estar cometiendo al practicar el ayuno intermitente
No plantearte una meta
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Es un error común producto de las inseguridades o la poca fe en que sí es posible bajar de peso y en un tiempo no lejano.
No está mal pensar que el ayuno intermitente es una prueba para ver qué cambios puedes lograr, pero siempre es recomendable plantearse un objetivo, traducido a beneficios, como un mejor descanso, una digestión más saludable o sentir que tu energía tiene mayor capacidad.
Voy a practicar el ayuno intermitente porque quiero bajar y subir las escaleras con comodidad. O voy a hacerlo porque lucir mejor físicamente y sentirme bien conmigo mismo. ¡Estos son objetivos!
No se trata de plantearte las mismas metas de todos, porque pueden ser muy personales, pero nunca hagas algo con un objetivo o un simple «vamos a ver qué pasa», porque automáticamente estás reduciendo el compromiso.
Desequilibras tus calorías
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El doctor Jason Fung, dietista registrado, explica que la ingesta de calorías durante el tiempo permitido para comer debe estar optimizada. No se puede caer en el exceso y tampoco en una alimentación pobre.
«Si restringe sus calorías permitidas podría terminar en la dirección de un atracón», advierte el especialista, según reseña Runners World.
Mientras que comer calorías en exceso en el periodo permitido es prácticamente lo mismo, ya que estás llenando el estómago bajo la preocupación de sentir hambre durante el tiempo de ayuno.
De acuerdo al doctor Fung, las calorías deben consumirse dependiendo de ciertos factores, como la edad, el peso y sobre todo el nivel de actividad que se realiza durante el día. Lo idea es satisfacer necesidades en los tiempos permitidos.
No estás respetando los tiempos
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Esto sucede porque quizás no hemos elegido el ayuno intermitente adecuado para nosotros. Puedes tener un amigo que ayuna 12 horas y come un día entero a la semana (7:1) o quizás hay otro que practicar el 16×8. La realidad es que ninguno es incorrecto, a menos que no sean adecuados para ti.
Por eso la idea es que los pruebes todos. La doctora Luiza Petre, experta en cardiología, indica que «se necesita tiempo descubrir qué funciona mejor» y todo se basa en los beneficios. Es decir, si no sientes que da resultados, la solución es otra estrategia.
El ayuno intermitente más apto para principiantes es el de 8 horas para comer, que inicia a las 9:00 am con el desayuno y culmina a las 5:00 pm con la cena. Luego de ese bloque comienza el periodo de abstinencia, que favorablemente incluye el tiempo de sueño.
En función de cómo te sientes, los objetivos que te planteas y tus actividades diarias, que nunca pueden descatarse, este modelo de ayuno intermitente después puede moldearse a otro más exigente que igualmente sigue siendo cómodo… ¡para ti!
Sigue leyendo: Ayuno intermitente del Dr. Oz para bajar de peso: qué alimentos debes comer y en qué momento del día
No te estás alejando del todo de los alimentos poco saludables
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Es que precisamente uno de los beneficios del ayuno intermitente es alejarte de los alimentos poco saludables, ya que al estar en un bloque de tiempo permitido para comer, estos no tienen cabida.
El error está en que solo los excluimos al comienzo del día, donde nos sentimos motivados, enérgicos, pero luego caemos en la trampa del refrigerio nocturno. Si no mantenemos la responsabilidad y los objetivos basado en eso, el plan automáticamente va a perder su efectividad.