Por qué en diciembre todos queremos ver «Mi Pobre Angelito»
"Mi Pobre Angelito", lanzada en 1990 y 1992, muestra las aventuras de Kevin McCalilster, un niño que inexplicablemente se queda solo en casa durante Navidad y trata de llevar una vida como adulto, mientras se defiende de dos ladrones
Llega diciembre y una de las primeras planificaciones del mes consiste en la maratón de películas navideñas que incluye Mi Pobre Angelito 1 y 2 (Home Alone, en inglés), ambas protagonizadas por Macaulay Culkin. No importa cuántas veces la hayas visto, porque más que un deseo, es una tradición. ¿Por qué?
Esta saga de 1990 y 1992 muestra las aventuras de Kevin McCalilster, un niño que inexplicablemente se queda solo en casa y trata de llevar una vida como adulto. Sin embargo, en ambas historias debe enfrentarse a un par de ladrones disparatados, quienes lo persiguen mientras caen en las ingeniosas trampas de Kevin.
En la primera entrega, toda su familia emprende un viaje en la víspera de Nochebuena, pero en medio del ajetreo, olvidan a Kevin en casa.
En la segunda parte sucede algo más increíble. El niño toma un vuelo equivocado cuando corrían en el aeropuerto, llegando solo a Nueva York. Sin embargo, no desaprovecha la oportunidad de disfrutar las vacaciones en la Gran Manzana, hasta que se topa con los dos ladrones.
Por qué somos adictos a «Mi Pobre Angelito» en diciembre
Además de convertirse en una tradición familiar o personal, por ser diciembre, para nadie es un secreto que Mi Pobre Angelito es una película fantástica, con una historia infantil y familiar que atrapa y que debido a la época del año en la que ocurre, es casi seguro que la veas una vez al año.
Esa oportunidad de verla una vez al año impide que la aburras, tal vez queriendo apreciar de nuevo tus escenas favoritas, e indudablemente la Navidad te incita a ello.
De lo contrario, sería como no querer pavo en Thanksgiving o no ver los fuegos artificiales un 4 de Julio. Mi Pobre Angelito es un emblema de la industria cinematográfica cuando se trata de la Navidad, y ojo, que no es la única película, pero sí una de las más icónicas.
Las escenas son entretenidas, están repletas de detalles navideños, con una musicalización atractiva, acorde a las festividades, y unos actores que hacen de ambas historias algo maravilloso.
Luego de Mi Pobre Angelito 1 y 2, surgieron otras películas bajo el mismo nombre, pero sin Macaulay Culkin, es decir, sin Kevin McCallister. Probablemente, solo la tercera tuvo receptividad, puesto que la trama es bastante interesante, pero el resto resultó un fracaso.
Sin embargo, esto no impidió que millones de familias quisieran seguir disfrutando de las dos primeras entregas en Navidad. No es solo una película, es una tradición, como poner el árbol de Navidad o decorar la mesa para la cena. Allí la razón por la que seguirás viéndola una y otra vez.