Por qué nunca deberías ir a un velorio si estás embarazada
Asistir a un velorio si estás embarazada tiene dos contraindicaciones: una médica, asociada a lo emocional, y otra espiritual, que pese a no tener respaldo científico, vale la pena considerar
Es probable que alguna vez escuchaste de tu abuela: tú no puedes ir a un velorio, porque estás embarazada. Y aunque te suena un poco rebuscado, esto tiene dos teorías: una sin base científica y otra que estaría respaldada por expertos en ginecología y obstetricia, por un factor comprensible asociado a tu gestación.
Primero vamos con la razón médica, que tiene que ver con la sensibilidad emocional que las mujeres embarazadas suelen tener, producto de las alteraciones hormonales. En este sentido, los velorios son escenarios plagados de emociones, positivas y negativas, por lo que pudiera afectarte a ti, incluso si el difunto no es alguien cercano.
Si ves a alguien llorar desconsoladamente, tus condiciones emocionales del embarazo podrían llevarte a vivir la tristeza más de cerca, provocándote llanto, angustia, y en el peor de los casos, generando un cuadro de ansiedad. Es indudable que todo esto afectará la salud de tu bebé.
Este es el motivo científico, creíble y práctico para que jamás asistas a un velorio o funeral mientras estás en la «dulce espera». Sin embargo, existe otro argumento, ligado a lo espiritual.
La razón espiritual por la que jamás debes ir a un funeral estando embarazada
Aunque no tiene respaldo científico, es muy probable que desistas de la idea de asistir a un velorio si tienes a un bebé en tu vientre. Según expertos esotéricos, si asistes vas a exponer «la vida» y «la muerte» en un solo salón, lo cual produce un choque energético sumamente dañino para tu bebé.
Esto podría crear enfermedades, malformaciones e incluso poner en peligro la vida del feto.
Además, en un velorio y más todavía en un cementerio, abundan todo tipo de energías espirituales, sobre todo negativas (almas en pena) que podrían adherirse a ti, afectando severamente tu embarazo.
Lo más recomendable es que envíes una tarjeta de condolencias, un mensaje vía telefónica o sencillamente te inventes una excusa para no asistir, porque es muy poco probable que no quieras asumir riesgos, más allá de que estén comprobados por la ciencia.
En última instancia, si te sientes en el compromiso de asistir a un velorio, trata de quedarte en un área exterior. Es aconsejable que no te acerques a la urna, no mires el cadáver, no te sientes cerca de personas que estén desconsoladas y evita los abrazos.
Y cuando llegue el momento del entierro, es preferible que te marches a casa, porque ya cumpliste con el gesto de asistir, y estando embarazada, vaya gesto.
La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.