Cómo limpiar una herida en 6 pasos y que no se infecte
Desde analizar cuán grave es la lesión, hasta su saludable evolución
Aunque luzca leve o sin importancia, una herida que experimenta un sangrado siempre necesita los cuidados precisos para evitar que se infecte. Esto implica detener la hemorragia, saber cómo limpiarla, desinfectarla y sobre todo ver cómo evoluciona.
A través de la «guía para el correcto cuidado de las heridas», elaborado por Pic Solution, una empresa de productos para el cuidado y la salud, te ofrecemos el paso a paso para limpiar una herida correctamente.
6 pasos para limpiar una herida y evitar que se infecte
Analiza la gravedad de la herida
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Es el primer paso y más importante, ya que dependiendo de su gravedad sabrás si puedes tratártela tú mismo. Los expertos médicos consideran que debes acudir con un especialista en 5 escenarios:
– Cuando el sangrado no se detiene, por más que intentes contenerlo.
– Si no tienes los recursos o por algún impedimento no puedes limpiar la herida.
– Cuando es profunda y pudiera necesitar una sutura.
– Al haber sido causada por un animal, por ejemplo la mordedura de un perro, lo que implica la administración inmediata de antibióticos y una vacuna antitetánica.
– Cuando la herida es en partes blandas o sensibles, como el rostro o los genitales.
Detén el sangrado, en caso de que haya
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Lávate bien las manos antes de manipular la herida, pues solo así evitarás una infección por el tacto.
Si la herida está sangrando, lo principal es detener ese flujo haciendo una técnica de compresión y presión, con una gasa u otro material que no suelte residuos. Es decir, el algodón no es algo apropiado.
En caso de que la herida se haya producido en una extremidad, aplica el famoso torniquete, que consiste en disminuir o trancar el flujo sanguíneo hacia la herida. Por ejemplo, si la herida es el antebrazo, una de las formas más sencillas de hacerlo es amarrando un trapo con fuerza en el bíceps.
Cuando se trata de un niño es fundamental que se detenga el sangrado no solo por la salud de la herida, sino también para que la sangre no lo impresione.
Limpia la herida
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Lo más correcto es que lo hagas solo con agua corriente o suero fisiológico, y procurando que sea desde el centro hacia los bordes para no acumular restos de suciedad que pueda soltar la misma lesión.
No frotes la herida para quitar la suciedad, porque puedes abrirla e incluso causar más dolor. Límpiala con cuidado, haciendo leves toques con menos o mayor presión.
Es momento de desinfectarla
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Siempre opta por aplicar productos o remedios antisépticos, que tienen un efecto desinfectante. Por ejemplo: clorhexidina o yodo. Estos también previenen la aparición de hongos y bacterias.
Cubre la herida
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En principio es preferible cubrirla, de modo que los agentes externos no caigan en la herida y puedan provocar una infección.
Además, al estar tapada se protege de los rayos del sol, el roce de la ropa o la caída de algún líquido, como el sudor, que pueda causar dolor. Cuando se aprecie más sana y evolucionando, ya es tiempo de que la herida se termine de curar con la presencia del aire natural.
Vigila cómo evoluciona
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Las primeras 48 horas son fundamentales para conocer si has hecho un buen trabajo hasta ahora o definitivamente debes acuidor con un especialista.
En caso de notar dolor, enrojecimiento, secreción de pus o calor, es probable que haya una infección y tengas que optar a un tratamiento antibiótico. Si sientes fiebre (o el paciente) es necesario acudir al médico cuanto antes.
Después de 48 horas ya debería haber signos de mejoría o incluso pudiera estar muy cerca de cicatrizar.