5 Consecuencias de la deshidratación y cómo prevenirla
La deshidratación es la excesiva pérdida de líquidos del organismo, que se produce cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere o cuando disminuye la ingesta de agua
La deshidratación es una afección causada por la pérdida de demasiado líquido del cuerpo. Ocurre cuando pierde más líquidos de los que ingiere y con ello no puede funcionar bien.
El agua es necesaria para mantener las funciones normales del organismo, tanto dentro de las células como fuera de ellas.
La deshidratación es un proceso paulatino que comienza con una sensación de sed, que urge a que se ingieran más líquidos.
Para tratar la deshidratación:
- Pruebe tomar sorbos de agua o chupar cubitos de hielo.
- Pruebe beber agua o bebidas para deportistas que contengan electrólitos.
- No tome pastillas de sales minerales. Pueden causar complicaciones graves.
- Pregúntele a su proveedor qué debe comer si tiene diarrea.
En caso de que no se beba el agua suficiente para compensar la que se pierde, se agrava el cuadro y disminuye la cantidad de sudoración y orina.
En este caso, el agua pasa del interior de las células al torrente sanguíneo para evitar que decrezca la cantidad de sangre y compensar la concentración de los electrolitos, así como la presión de las arterias.
¿Por qué podemos deshidratarnos?
Las causas más frecuentes de deshidratación son los ayunos prolongados o la inapetencia causada por alguna enfermedad o dolencia.
En este sentido, no beber de manera regular la cantidad de agua necesaria para el organismo y, en el caso de bebés, una lactancia que no se ha establecido correctamente.
En el caso de deshidratación producida por excesiva pérdida de agua, las principales causas son los vómitos y la diarrea aguda, a menudo originados por una gastroenteritis.
¿Qué síntomas tiene la deshidratación?
En los niños pequeños los síntomas más habituales de deshidratación son:
- Boca y lengua seca.
- Lloro sin lágrimas.
- No mojar el pañal durante un tiempo mayor de lo habitual, generalmente 3 horas.
- Apariencia de ojos y mejillas hundidas.
- Irritabilidad.
En los niños mayores, jóvenes y adultos, según la etapa en que se halle la deshidratación, sus síntomas pueden ser:
Leve
Hay sensación de sed, pero no muy intensa. El pulso puede aumentar ligeramente. El estado de ánimo es normal o algo inquieto.
La pérdida de peso oscila del 3% al 5%. Se orina con menos frecuencia o cantidad.
Moderada
La sed es mayor, hay menor producción de orina y una pérdida de peso corporal del 6% al 10%.
También hay sequedad de boca y otras mucosas, menor turgencia en la piel y los ojos pueden estar hundidos.
El pulso es débil y la presión arterial es normal, pero pueden producirse taquicardias. Pueden aparecer hipotermia, dolor de cabeza, mareos y calambres musculares y estado de ánimo apático.
Grave
Se pierde más del 10% del peso corporal. La sed es muy intensa y la producción de orina de color amarillo oscuro o mínima o, incluso, está ausente.
Los ojos están muy hundidos; la piel, poco o nada turgente y las mucosas, muy secas. Hay hipotermia con sudoración.
El pulso es tenue y la taquicardia muy intensa. La persona puede sentirse confusa e irritable. La presión arterial disminuye tanto que puede llegar a provocar mareos o desmayos.
Consejos para prevenir la deshidratación
Podemos reducir el riesgo de sufrir deshidratación siguiendo las siguientes medidas preventivas:
1. Toma de dos a tres litros diarios de agua.
2. Asegúrate de que niños pequeños y ancianos beben suficiente agua.
3. Aumenta la cantidad de agua que ingieres cuando hace calor o humedad.
4. Intenta beber más si estás enfermo.
5. Toma líquidos antes de practicar deporte o ejercicio físico intenso.
6. Protégete del calor.
7. Cuida tu alimentación.
8. Evita las bebidas alcohólicas y las ricas en azúcar o en cafeína.
9. Prepara y conserva adecuadamente los alimentos.