Soy la amante de mi pareja y no lo sabía: ahora qué hago
Ser la amante de tu pareja te convierte en "la otra", una situación tan decepcionante como caótica, pero te ofrecemos algunos consejos para que puedas salir de esta, fortalecida y con la frente en alto
Estabas viviendo una historia romántica, genuina, convencida de que todo iba muy bien y que el futuro estaba garantizado. Y repentinamente, recibes una bofetada muy difícil de asimilar: eres la amante de tu pareja. Amiga, no es que te han sido infiel, es que tú eres el motivo de la infidelidad.
¿Ahora entiendes por qué inventaron el poliamor? Para que los triángulos amorosos y las «infidelidades» estuvieran consensuadas, como una relación abierta donde «todo se vale», pero a la vez hay normas muy definidas.
Sin embargo, tú sigues en la monogamia, lo cual está muy bien, pero desafortunadamente te topaste con una situación tan decepcionante como caótica. Y ahora… qué debes hacer.
3 consejos cuando descubres ser la amante de tu pareja
Lo primero que debes saber es que hay una tercera persona, no tú, sino la pareja legal, la que no eres tú, que indudablemente es una víctima. Esto significa que los celos no valen para nada en este tipo de escenarios.
Qué hacer si eres la amante:
Reconoce cuál es tu posición
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Cuando analizas la posición en la que estás y eres realista, reconociendo que eres «la otra», podrás sobrellevar y gestionar tus emociones, que probablemente estén revueltas.
Aquí es donde comprendes que no estás en una relación, que eres el foco de la infidelidad y que seguramente lo mejor sea salir corriendo de ese triángulo amoroso en el que te han involucrado sin permiso.
Toma una decisión
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Tienes tres opciones y podrías incluso accionar las tres.
La primera es que enfrentes a ese hombre, le hagas saber que estás al tanto de su traición y que te explica qué piensa hacer: quedarse contigo (para convertirte en la pareja legal) o continuar su relación, más allá de las mentiras.
Tu segunda opción es que simplemente termines la historia de amor que creías tener, que en realidad fue una aventura, y que sigas adelante con tu vida.
Y lo tercero, que es más opcional que las anteriores, es confesarle a esa pareja legal lo que está sucediendo, de modo que ya no sea una víctima de ese doble infiel.
Incluso, al tú retirarte, queda abierta la posibilidad de que otra mujer caiga en la misma situación que tú.
Sin embargo, esa confesión es una decisión muy personal, por lo que no estás obligada a hacerlo. Enfócate en rescatarte a ti misma y proteger tus emociones.
Retírate silenciosamente
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Es una decisión valiente, sin pedir explicaciones, sin ofrecerlas y sin correr el riesgo de que la pareja legal de ese hombre se vuelque contra ti, cuando eres una víctima, lo cual no está garantizado que comprenda.
Apóyate en tus amigos, tu familia, reconócete a ti misma que has caído en una dura trampa emocional, pero que vas a salir fortalecida y con una experiencia que durará toda la vida.