Caminar más lento y con pasos cortos puede ser un signo de demencia, demuestra estudio

La investigación analizó el ritmo al caminar y la distancia entre cada paso de dos grupos de participantes

Demencia

Los inconvenientes en la marcha de una persona son síntomas iniciales de demencia, por lo que analizar este rasgo es muy útil para una detección médica temprana. Crédito: Freepik

En artículos anteriores hemos apuntado algunos hábitos relacionados al riesgo sufrir demencia. Por ejemplo, un largo estudio con más de 5,000 participantes arrojó que no cepillarse a diario eleva en un 65% las posibilidades de desarrollarla. Ahora, otra investigación demostró que podría haber una conexión entre el problema de salud mental y la forma de caminar, siendo más lenta y con pasos cortos.

El estudio realizado en septiembre de 2019 y publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, propuso un vínculo entre la forma de andar y la aparición de dos tipos de demencia: enfermedad con cuerpos de Lewy (LBD) y la enfermedad de Alzheimer. La gran diferencia entre ambas es que la primera se asocia a problemas de movimiento y equilibrio, mientras que la segunda sugiere la pérdida de memoria.

De acuerdo a Medline Plus la LBD “causa síntomas de movimiento, alucinaciones visuales y ciertos trastornos del sueño. También causa más problemas con las actividades mentales que con la memoria”.

Para demostrar la teoría de que la marcha y la demencia poseen una estrecha relación, el equipo de investigadores reunión a 110 participantes: 45 eran diagnosticados con LBD, 36 con Alzheimer y los otros 29 adultos, mayores de 65 años, no tenían condición alguna. El estudio consistió en hacer caminar a cada voluntario sobre una alfombra equipada con sensores que miden el ritmo, la distancia entre cada paso y cuánto tiempo mantenían cada pie en el suelo.

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Los resultados señalaron que las personas con alguno de los dos tipos de demencia marchaban de forma distinta a quienes estaban sanos. En este sentido, caminaban a un ritmo más lento, con pasos más cortos y dejando cada pie en el suelo durante unos segundos adicionales, reseñó The Conversation.

La doctora Ríona McArdle, investigadora postdoctoral en la Universidad de Newcastle y autora principal del estudio, detalló que incluso hubo una diferencia en la marcha entre los pacientes con LBD y Alzheimer, apuntando que los primeros necesitaban más tiempo para dar sus pasos, que eran aun más cortos.

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La forma de caminar ayudaría a detectar la demencia en sus primeras fases

Según la especialista la mayoría de los métodos actuales para diagnosticar demencia, como los escáneres cerebrales y las pruebas de memoria, requieren de signos notorios de las enfermedades. Sin embargo, los inconvenientes en la marcha de una persona representan los síntomas iniciales, siendo estos muy útiles para una detección médica temprana.

Las pruebas que consisten en caminar también pueden ofrecer información sobre cuál es el tipo de demencia que estaría desarrollando un paciente, de modo que reciba el tratamiento adecuado.

“Brindar el diagnóstico correcto es especialmente importante, ya que algunos medicamentos como los antipsicóticos, pueden ser dañinos para las personas con demencia con cuerpos de Lewy”, explicó la doctora McArdle.

“Hasta el momento no existe cura para la demencia, pero un diagnóstico preciso brinda acceso a apoyo e información y tratamientos para ayudar a aliviar los síntomas”, agregó la experta.


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