Trastornos alimenticios en tus hijos: qué hacer y qué no cuando sucede
Instagram es acusada de promocionar desórdenes alimenticios tales como la anorexia y la bulimia en los adolescentes al no tomar medidas enérgicas contra las cuentas que promueven dietas extremas para nada saludables
La red social Instagram es acusada de promocionar desórdenes alimenticios tales como la anorexia y la bulimia en los adolescentes al no tomar medidas enérgicas contra las cuentas que promueven dietas extremas para nada saludables y, por el contrario, expandir su mensaje.
Pero como padres, ¿qué podemos hacer y qué debemos evitar para ayudar a nuestros hijos a superar estos trastornos?
Identificar que tu hijo o hija tiene un trastorno alimenticio ya es un paso importante. En ocasiones los padres son los últimos en enterarse de lo que sucede.
Lo primero es identificar de dónde provienen las inseguridades que condujeron a estos comportamientos. En muchos casos las redes sociales son las principales culpables, pero las palabras con las que tratamos a nuestros hijos juegan un papel preponderante.
Hay que evitar los juicios sobre el peso, incluso cuando se dicen “para su propio bien”. Las palabras pueden hacer mucho daño, y expresiones como: “estás gordo/ gorda” o “tienes que bajar de peso” no conducen a nada bueno.
En cambio, se pueden generar condiciones hacia una alimentación positiva y balanceada, así como a la práctica de actividad física.
Otra cosa que puede ser de ayuda, en especial con los adolescentes que padecen de anorexia, es planear las tres comidas en familia sentados a la mesa del comedor.
Promover un clima de confianza para estar cerca de su hijo o hija y que pueda contarles lo que pasa es clave. Las personas que desarrollan este tipo de trastornos tienden a ocultar sus acciones ya que en ocasiones botan o esconden la comida, toman laxantes y diuréticos, corren a vomitar al baño o practican ejercicios extenuantes, indica la Clínica Las Condes.
Se debe evitar centrar toda la atención en la alimentación porque será contraproducente.
Controlar el peso es indispensable, porque a veces las disminuciones de la masa corporal las ocultan con capas de ropa. Si la pérdida de peso es considerable, lo mejor será acudir al médico pediatra o internista, según corresponda.
Asimismo, la ayuda de un terapeuta será necesaria para entender de dónde proviene el problema y tratarlo de raíz. Lo ideal es que el adolescente reconozca que hay un inconveniente, pero de no hacerlo igualmente se debe intervenir de acuerdo a lo recomendado por los profesionales en la materia.
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