Semillas de Chía: cómo incorporarlas a tu dieta cotidiana y aprovechar sus beneficios

Las semillas de Chía son consideradas como un superalimento, debido a que contienen propiedades por encima del promedio, está constituida por 40% de aceites, 20% de proteínas

Semillas de chía

Las semillas de chía son un excelente cardioprotector por su contenido de ácido α-linolénico (60%), un ácido graso poliinsaturado esencial de la serie omega-3, del que es una de las fuentes más importantes, que previene los procesos inflamatorios y efectos antiedad. Crédito: Pexels

Las semillas de chía provienen de la planta salvia hispánica. Son consideradas como un superalimento, debido a que contienen propiedades por encima del promedio, están constituidas por 40% de aceites, 20% de proteínas.

No poseen colesterol y cuenta con minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo y zinc, contiene fibra dietética que te ayudarán con la digestión; aminoácidos, antioxidantes y vitaminas; estas no permiten la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados.

Asimismo, no contienen glúten por lo que son aptas para las personas celíacas. Además, son excelentes como cardioprotector por su contenido de ácido α-linolénico (60%), un ácido graso poliinsaturado esencial de la serie omega-3, del que es una de las fuentes más importantes, que previene los procesos inflamatorios y efectos antiedad.

Para la piel, esta favorece la proliferación celular y la síntesis de fibras de colágeno, por lo que la mantiene más joven y luminosa.

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Son originarias de América Central, específicamente en México, El Salvador, Honduras y Guatemala y eran usadas en la dieta básica de los imperios Azteca y Maya, antes de la colonización española.

Se cultivaban ya para el año 3500 a. C., y durante la época prehispánica se ofrecía a los dioses aztecas en ceremonias religiosas.

Ahora, incorporarlas a la dieta es delicioso, además de nutritivo. Debes saber que no tienen un sabor en particular, dependerá en gran medida de con qué las combines.

Hay dos maneras de las que se pueden consumir: secas o activadas en agua con la que tendrá una textura mucilaginosa o viscosa, similar a la de una yema de huevo.

Como aderezo

Potencia la nutrición de tus frutas o ensaladas espolvoreando una cucharada sobre la porción que vayas a comer.

Con avena fría o caliente

Prepara la avena como mejor te parezca, en cacerola con agua o leche caliente o dejándola reposar durante la noche en la nevera, y agrega dos cucharaditas y un poco más de líquido proporcional. En la mañana tendrás una avena a la que le podrás agregar frutas frescas o deshidatadas, chocolate negro, coco, granola y/o frutos secos.

Si prefieres la alimentación plant based intenta usar leches vegetales como la de almendras y la soya.

Pudín de chía frutal

Prepara el zumo de la fruta que desees, fresa, mora, mango, naranjada, parchita, melón, y en una taza agrega y revuleve cuatro cucharadas de semillas de chía. Deja reposar durante la noche y tendrás un pudín frutal delicioso. Puedes usar el endulzante de tu preferencia.

Agua o aguas saborizadas de chía

La hidratación es importante, y puedes potenciarla con este superalimento. Agrega una cucharada de chía por cada taza de agua y déjala reposar por 40 minutos antes de ingerirla. Usa el refrigerador si prefieres que tu agua esté fría.

Si no eres amante del agua y no te motiva mucho la idea de tomar algo que no sabe a nada, agrégale zumos ligeros. Los cítricos como la naranja y la limonada le van bien. Incluso lo puedes hacer con infusiones de menta, hierbabuena o té frío.

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