Cómo ahorrar dinero congelando en casa tus verduras y hortalizas
Estos alimentos mantendrán sus propiedades, sabor y textura si aplicas bien la técnica de congelamiento, así como los tiempos adecuados para mantenerlos en la heladera
La verdad que es una ventaja poder tener cierta variedad de verduras y hortalizas conservadas en nuestro congelador para la planificación de distintas comidas a lo largo del año. ¿No te ha pasado que se te ocurre preparar a última hora una deliciosa receta para la cena y siempre falta algún ingrediente? ¡Qué pereza salir al mercado! Por lo que este procedimiento es súper genial. No obstante, hay que conocer bien las técnicas de congelamiento de este tipo de alimentos para evitar estropearlos.
El libro Los secretos de la congelación de alimentos, de Freda Claudet de Verger, tiene toda la información que necesitamos para congelar las verduras y hortalizas de tres formas diferentes: crudas, escaldadas y cocidas, manteniendo sus propiedades.
Así que manos a la obra, y ahorremos dinero y tiempo congelando nuestros alimentos.
Verduras y hortalizas crudas
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Una vez escogidas, deberán lavarse, secar, y eliminar cualquier parte dañada. Se pelan y, si se desea, se cortan en las formas que se quiera.
Para congelar, se colocarán dentro de una bolsa de uso culinario N°1 en cantidades no mayores a los 500 gramos, extrayendo el aire lo mejor posible para evitar que se forme escarcha dentro. Para una mayor protección, se puede introducir en un envase con tapa.
Para su uso, al contrario de la carne, no podemos dejar que se descongelen las hortalizas para cocinar. Estas deberán añadirse a la preparación que estamos haciendo, como sopas, salsas o guisos, de forma congelada. En el caso de que tengan escarcha, deberemos lavarlas sobre un congelador rápidamente antes de agregarla a la receta.
Sobre el tiempo de congelación, se recomienda mantener congeladas las verduras y hortalizas por un máximo de 2 meses.
Verduras y hortalizas escaldadas
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Escaldar una verdura u hortaliza significa darle una mínima cocción por unos minutos. Esta práctica hará que se conserven congeladas por mayor tiempo.
No obstante, antes de escaldar, primero deberás lavarlas, quitarles cualquier parte dañada y formar grupos por tamaños.
En una olla se coloca suficiente agua a hervir y se le agregan las verduras y hortalizas en cantidades pequeñas. Dependiendo del tamaño de los trozos, se dejará más o menos tiempo. Por ejemplo, los pedazos grandes, 3 minutos; medianos, 2 minutos y pequeños 1 minuto.
Pasado el tiempo, se sacan con un colador y se ponen en un recipiente con agua fría y cubos de hielo para frenar los procesos de cocción.
Luego se pasan por un escurridor hasta secar por completo y se guardan en bolsas culinarias N°1 en raciones no mayores a 500 gramos, extrayendo el aire lo más posible. Las verduras y hortalizas congeladas despues de escaldar pueden durar hasta 4 meses en la nevera.
Verduras y hortalizas cocidas solas
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Para congelar de esta forma las verduras y hortalizas, deberás primero prepararlas como sueles hacer, aunque la recomendación es cocinarlas al vapor para que absorban la mínima cantidad de agua; sin sal o muy poca, y al dente.
Se recomienda asimismo cocinar las verduras y hortalizas con su piel porque así absorben menor cantidad de agua.
Luego de cocinar, se colocan en un escurridor para que evaporen toda el agua y enfríen sin sudar. Se envasan en bolsas N°1 o un envase hermético y se congelan. El día que se vayan a utilizar se ponen a descongelar unas horas antes a temperatura ambiente o en la nevera.
No se recomienda congelar de esta forma la papa porque pierde su sabor y textura.
Asimismo, de esta forma no se deben congelar por más de dos meses las verduras y hortalizas.
Algunos consejos antes de congelar
Antes de congelar las verduras y hortalizas, primero debes cerciorarte de que estas se encuentren frescas y sanas; para que conserven todas sus propiedades y los resultados nutricionales sean los mejores.
Asimismo, es bueno que sepas que las únicas verduras y hortalizas que no se podrán congelar son las que se comen crudas al natural, las que usamos para preparar ensaladas; debido que al congelarse «el jugo de estas se congela formando cristales, los cuales rompen la estructura celular y en el momento de la descongelación se aprecia que han perdido su apariencia original, quedando aguadas o flojas», refiere Freda Claudet de Verger, en su libro Los secretos de la congelación de alimentos.