Qué es la emetofobia, el miedo a las náuseas y vómito
De acuerdo a estudios científicos, el 7% de las mujeres y el 2% de los hombres ha experimentado emetofobia, al menos una vez en sus vidas
Si bien las náuseas representan una experiencia y síntoma muy desagradable, es normal convivir con eso. Los olores, sabores o el hecho de ver algo que causa asco, es un condicionante para sentir náuseas, pero de allí a que se convierta en una fobia, luce extraño. Pero sí, existe la emetofobia.
Sin embargo, ojo con esto. La emetofobia no significa fobia a las náuseas, sino al hecho de vomitar, un desencadenante de las náuseas. «Eme» proviene de «emesis», término clínico para mencionar un cuadro de vómito.
De acuerdo a estudios científicos, el 7% de las mujeres y el 2% de los hombres ha experimentado emetofobia, al menos una vez en sus vidas. Este miedo a vomitar puede interferir drásticamente en un momento donde vomitar se hace necesario.
Sin embargo, el doctor Zachary Appenzeller, psicólogo y fundador del Centro de Trastornos Alimentarios de UTHealth Houston, asegura que dicha fobia es más común de lo que parece. «Cuando te especializas en tratamientos contra ansiedad y TOC, (la emetofobia) es algo que afecta a los pacientes», dijo.
Asimismo, lo calificó como algo «verdaderamente incapacitante», ya que existen cuadros clínicos donde la emesis se hace necesaria, sobre todo para liberar un daño estomacal.
«La emetofobia puede ser una de las fobias más debilitantes»
Cabe destacar que el miedo a vomitar no solo implica a uno mismo, sino al hecho de ver a otra persona en la misma situación, es decir, vomitando.
La doctora Shmaya Krinsky, psicóloga y fundadora de Anxiety and Behavioral Health Psychotherapy, señala que «puede ser una de las fobias más debilitantes, debido a los desencadenantes diferentes».
Comer en la calle y viajar, por ejemplo, son dos hábitos que, en un momento de infortunio, pueden provocar náuseas y vómito. La emetofobia implica que te prives de ambas prácticas, por el miedo irracional a caer en la situación.
Por su parte, el doctor Zachary Appenzeller explica que esta fobia puede desarrollar después de un acontecimiento donde el vómito causó vergüenza (hacerlo frente a otros) o un profundo asco ante las sensaciones. Posteriormente, el vómito se asocia con sentimientos negativos y se evita a toda costa.
Es muy probable que un emetofóbico se la pase evitando cualquier comida, hábito o práctica recreativa que, de alguna u otra manera, pueda llevarle a las náuseas y vómitos. En cuanto sienten un mareo o fatiga, podrían caer en un severo cuadro de ansiedad.
Otras conductas propias de la emetofobia es lavarse las manos constantemente, utilizar alcohol gel en exceso, tomar con frecuencia medicamentos contra las náuseas. Además, podrían comer bocados diminutos o beber agua después de cada uno, por lo que incluso podría llegar a convertirse en un trastorno alimentario.
La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.