Cómo saber si la carne cruda se echó a perder, aunque no huela mal
Con el aporte de expertos, te indicamos cuáles son los signos que arroja una carne cruda cuando está dañada o en mal estado, incluso si no desprende un olor desagradable
Generalmente, para saber si un alimento se ha echado a perder, lo primero que hacemos es olerlo, esperando que el aroma informe si es momento de desecharlo o si aún puede aprovecharse. Sin embargo, confiar únicamente en el olor es un grave error y un potencial riesgo de intoxicación alimentaria, sobre todo cuando se trata del pollo o la carne.
Esto sucede porque no en todos los casos, un alimento que está dañado va a desprender mal olor. Esto significa que podrías terminar consumiéndolo en malas condiciones, incluso cuando el sabor no te convence.
En el caso de la carne, la mayoría de intoxicaciones ocurren por bacterias como Salmonella, E. coli y Listeria. Estas se encuentran en el tracto intestinal de los animales y pueden contaminar la carne durante su procesamiento.
También es cierto que una carne puede llegar a tu cocina en buen estado y echarse a perder por la llamada contaminación cruzada. No lavar correctamente la tabla de cortar o el contacto de la carne con otros alimentos son dos ejemplos claros.
Cómo saber si la carne está mala, aunque no tenga un olor rancio
Suponiendo que la dudosa carne no te arroja un olor extraño, es decir, rancio o desagradable, hay otras señales que debes valorar para confirmar si está apta de consumir.
El primero es el color. Una carne cruda en buen estado arroja colores vivos, de lo contrario, son opacos o incluso descoloridos.
Asimismo, un signo que no falla es la textura. Si estás cortando la carne y le sientes una textura viscosa o pegajosa, desecha ese «alimento» de inmediato. Ni siquiera se te ocurra dársela al perro o al gato, porque se ha convertido en algo peligroso.
La presencia de moho o áreas verdes y grisáceas en la pulpa de la carne también indican, evidentemente, que esa carne está en mal estado. Desafortunadamente, no te vendieron un alimento fresco o quizás no lo almacenaste como es debido, por lo que los microorganismos cumplieron con su naturaleza.
Y finalmente, otra señal menos común, pero muy válida, es que una carne en mal estado se adhiere a su propio hueso (en caso de que tenga) o al envase en el que estaba almacenado.
En resumen, la carne está dañada cuando:
- Tiene un color opaco o descolorido
- Arroja un olor desagradable
- Tiene una textura viscosa o pegajosa
- Hay presencia de moho o áreas verdes y grises
- La carne se pega al hueso o al envase
Aunque no está de más por decirlo, jamás compres un trozo de carne que muestre alguno de estos signos, por más que el vendedor intente convencerte. Incluso, considera denunciar ese negocio por comercializar productos en mal estado.
La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.