Ayuno intermitente: ¿cuándo pasa de ser una buena práctica a una peligrosa?
Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto y de la Universidad de California en San Francisco ha encontrado que este patrón de alimentación puede provocar efectos secundarios peligrosos, como conductas alimentarias desordenadas
El ayuno intermitente es una práctica antigua que en la actualidad ha causado furor por sus beneficios a la salud y los sorprendentes resultados para bajar de peso mediante la quema de grasa corporal, pero ¿cuándo pasa de ser una buena práctica a una peligrosa?
Disminuir tallas y quemar grasa es lo que más se busca cuando alguien comienza a hacer el también llamado fasting y a juicio del entrenador Luke Coutinho es la manera de hacerlo “más eficientemente y sin riesgos”. Sin embargo, destaca que no se limita a cambios en la dieta, sino del estilo de vida, horarios de comidas, tamaño de las porciones y más.
Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto y de la Universidad de California en San Francisco ha encontrado que este patrón de alimentación puede provocar efectos secundarios peligrosos, como conductas alimentarias desordenadas.
La investigación, que se publicó en la revista Eating Behaviors, involucró un análisis de datos del Canadian Study of Adolescent Health Behaviors con una muestra de 2,762 adolescentes y adultos jóvenes, los resultados mostraron que en el transcurso de un año, el 38.4% de los hombres, el 47.7% de las mujeres y el 52% de las personas transgénero o de género no conforme habían hecho el ayuno intermitente.
Para las mujeres, los efectos secundarios incluían atracones y vómitos, así como ejercicio compulsivo. Mientras, los hombres tendían a participar en este último.
"Las asociaciones encontradas entre el ayuno intermitente y los trastornos alimentarios son particularmente destacadas, dado el aumento significativo en trastornos alimentarios entre adolescentes y adultos jóvenes desde el comienzo de la pandemia de COVID-19"
Mary Curnutte, MS, RD, LD, del Louisville Center for Eating Disorders, dijo a Eat This, Not That! que
restringir la ingesta puede conducir a otros comportamientos alimentarios extremos.
“Ignorar el hambre puede hacer que aumente el hambre, lo que resulta en comer en exceso y atracones. Estos comportamientos también pueden desencadenar comportamientos compensatorios como el exceso de ejercicio o los vómitos”
Curnutte ha notado en su experiencia que las personas propensas a los trastornos alimentarios restrictivos pueden encontrar que la restricción en el ayuno intermitente desencadenará estos impulsos.
Aseveró que las personas con antecedentes de un trastorno alimentario nunca deben hacer ayuno intermitente bajo ninguna circunstancia.
"Aquellos que sienten que tienen una relación complicada con la comida también deben evitar esto"
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