Pizza congelada: cómo disfrutarla en forma más saludable y evitando el exceso

Según estadísticas de Industry ARC, la pizza congelada será uno de los alimentos más consumidos para 2025, por lo que es fundamental aprender cómo tratarlos en la mesa para volverlos más saludables

Pizza congelada

Una pizza congelada de pepperoni puede contener hasta 760 mg de sodio, sin contar la grasa saturada y los carbohidratos refinados. Crédito: Alan Hardman | Unsplash

Al ser rápida, fácil de calentar, accesible económicamente y con un sabor exquisito, la pizza congelada se convierte en uno de los alimentos preferidos que salen del freezer en el supermercado. Sin embargo, para nadie es un secreto que es un “cultivo” de grasas saturadas, sodio y carbohidratos refinados, demostrando que no todo lo que brilla es oro.

La buena noticia de la pizza congelada es que hay maneras de consumirla sin ser víctima de ese “cóctel” de ingredientes nocivos para el organismo. Las dos primeras recomendaciones de los expertos, notablemente básicas, son comerla con moderación y leer su etiqueta nutricional, de modo que podamos selccionar la menos dañina.

Son estrategias que además se vuelven necesarias, ya que según las estadísticas de Industry ARC, los alimentos preenvasados y congelados crecerán significativamente entre 2021 y 2025. Esto significa que con el paso del tiempo la pizza congelada se consume en mayor cantidad, precisamente gracias a esas características que fuera del informe nutricional convienen al cliente.

Y ya que los alimentos congelados llegaron para quedarse, es fundamental que aprendamos cómo tratarlos en la mesa para que se vuelvan más saludables.

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Cómo disfrutar de una pizza congelada de forma más saludable

El portal Eat This recopiló algunos ejemplos de pizzas congeladas, de más a menos dañinas para el cuerpo, de acuerdo a su contenido de sodio. En este sentido mencionó DiGiorno Pepperoni Frozeen Pizza with Rising Crust y California Pizza Kitchen, que en una sola porción (un trozo) te arrojan 760 mg y 980 mg de sodio respectivamente.

Esto sin contar los altos gramos de grasas saturadas y de carbohidratos refinados que se “esconden” hasta en la harina blanca o de trigo que forma el borde de la pizza.

Pero basta de pésimas noticias y ahora vamos a enseñarte cómo disfrutar de una pizza congelada en forma saludable, que afortunadamente tampoco exige que hagas magia en la cocina.

El primer paso es lógico: saber seleccionar el tipo de producto. Lo más conveniente siempre es elegir aquellas que son elaboradas a base de vegetales, como la Amy’s Margherita Pizza, que contienen menos cantidades de sodio y grasas saturadas.

Otro ejemplo saludable es la Alex’s Awesome Sourdought, que en su título indica que es fabricada con masa fermentada real, que al menos beneficia la salud intestinal. Como verás, la elección es imprescindible.

Y el segundo paso también parte de lo lógico: comer con moderación… y muchos vegetales. ¿Qué tal si en lugar de llenarte el estómago con cuatro o cinco trozos, reduces la cantidad a dos?

Seguramente pensarás que eso no es suficiente para satisfacerte, pero aquí está el truco: servir cada pedazo con una guarnición abundante de verduras. Además de comer menos pizza congelada, que es clave, los vegetales van a elevar la porción de fibra, lo que te ayuda a saciarte más rápido y evitar el exceso.

Con estos consejos tampoco te estás salvando del efecto grasoso y salado que arrojan este tipo de productos, te aclaramos con responsabilidad pero al menos está desactivando una bomba de colesterol que podría estallar con el tiempo.

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