Cómo la «ciencia de la suerte» puede ayudarte a ganar
Según la ciencia, la suerte no está ahí, la buscamos nosotros con nuestra actitud, siendo optimistas, aprovechando las oportunidades que se nos presentan, y prestando siempre atención a nuestra intuición
La clave de la suerte la descubrió hace algunos años Richard Wiseman, profesor de la Universidad de Hertfordshire, en el Reino Unido, durante una investigación científica; y esta no es más que la actitud con la que llevamos la vida. Dependiendo de ella, ganaremos o perderemos.
«¿Cómo es posible que hayan personas que estén en el lugar adecuado en el mejor momento para que les ocurran cosas positivas y otras, sin embargo, parecen haber sido agraciadas con el don de la inoportunidad?», se preguntó Wiseman antes de dar inicio a este estudio, en el que finalmente concluyó que buena parte de la fortuna o de la ausencia de esta tiene que ver con la actitud.
“La mayoría de la gente (inoportuna) simplemente no está abierta a lo que le rodea”, sentenció Wiseman.
Asimismo, durante este trabajo, Wiseman logró determinar de forma científica cuatro claves para atraer la suerte, las cuales son: aprovechar las oportunidades, usar la intuición, ser optimistas y saber manejar los momentos adversos o resistir a estos.
A continuación las cuatro claves de la suerte halladas por la ciencia que te ayudarán a ganar siempre:
Aprovechar las oportunidades
“La gente afortunada actúa sobre las oportunidades que encuentra en su vida; intenta, empieza de a poco con un sinfín de proyectos y basa su aprendizaje en la interacción; al contrario de los desafortunados, que sufren de parálisis por análisis”, dijo Wiseman citado el portal La Mente es Maravillosa.
Asimismo, según el investigador hay ciertos tipos de personalidades que tienen más suerte que otras, debido a que tienden a crear escenarios que maximizan las oportunidades, y como ejemplo señala a las personas extrovertidas, quienes al estar más tiempo con los demás, en una sociedad en la que la mayoría de puestos de trabajo se cubren con “conocidos”, tienen más oportunidades de conseguir un buen empleo.
En cambio, las personas ansiosas tendrán menos probabilidades de darse cuenta de lo que ocurre o se presenta a su alrededor, refiere el portal.
Usar la intuición
En el estudio de Wiseman, casi el 90% de las personas que se consideraban afortunadas dijo que confiaba en su intuición cuando se trataba de relaciones personales, y cerca del 80% aseguró que su intuición jugó un papel vital en su carrera y en sus decisiones financieras, señala el portal La Mente es Maravillosa.
“Lo que parece ser la intuición en realidad es una experiencia en el área, un patrón que de alguna manera el cuerpo y el cerebro ya detectaron y tú no has visto conscientemente. La gente con mala suerte suele no seguir su intuición, ya que no sabe de dónde viene y se siente ansiosa por eso y por la decisión que debe tomar”, indicó Wiseman en su trabajo.
Ser optimista
Hay más posibilidades de lograr el éxito si creemos que todo saldrá bien. Y aunque pueda sonar ingenuo, resulta que mientras que los pesimistas ven el mundo con mayor precisión, los optimistas son más propensos a tener suerte porque sus “delirios” o “autoengaños”, los empujan hacia las nuevas oportunidades, refiere el portal La Mente es Maravillosa.
El exceso de confianza aumenta la productividad, nos sesga positivamente, disminuye el estrés y aumenta la tolerancia al dolor, al tiempo que mejora el trabajo en equipo.
Manejar la adversidad
La gente afortunada no siempre tiene suerte, pero maneja la adversidad de manera distinta a las personas que atraen a la mala suerte y ven el lado positivo a la situación, señala el portal.
“Cuando las cosas se ponen difíciles tenemos dos opciones: doblegarnos o seguir adelante. La gente afortunada es resistente. Recuerdo haber hablado con una persona que había caído por las escaleras y se había roto la pierna. Le dije: apuesto a que no te consideras tan afortunado ahora; sin embargo, dijo que en su última visita al hospital conoció a una enfermera y se enamoraron. Ahora los dos están felizmente casados. Él sólo se limitó a decir: “fue lo mejor que me ha pasado”, comentó Wiseman.