Por qué mi marido no quiere tener relaciones conmigo

Que un hombre no quiera intimar con su pareja no significa que le esté siendo infiel; pueden existir otras razones, como que esté padeciendo de ansiedad por su desempeño sexual o está aburrido de ser siempre quien busque tener relaciones

Pueden existir muchas causas por las cuales los hombres no quieran tener sexo. / Foto: Jcomp - Freepik.

Pueden existir muchas causas por las cuales los hombres no quieran tener sexo. / Foto: Jcomp - Freepik.

¿Qué es lo primero que nos pasa por la mente cuando nuestros esposos no quieren tener relaciones? Que ya no les gustamos y que está saliendo con otra mujer, ¿cierto? Y aunque podría ser una posibilidad, existen otras razones que estamos ignorando y que quizás serían la causa de esta situación que estaría afectando nuestra cabeza.

El portal Psychology Today determinó cinco posibles, descartando la de la infidelidad, del por qué mi marido no quiere tener relaciones conmigo:


Baja testosterona

1

La mayoría de los hombres tienen un gran suministro de testosterona, la hormona del “apetito sexual”, durante toda su vida. Cuando el deseo disminuye y la experiencia del hombre es diferente a la que tenía anteriormente en su relación, es hora de consultar a un médico. A veces hay problemas de salud graves que causan niveles bajos de testosterona, pero a menudo los niveles de un hombre caen por razones desconocidas, lo que causa un menor deseo y a menudo erecciones más pobres.


No hay atracción

2

A veces un hombre pierde atracción por su pareja y ya no quiere tener relaciones sexuales con ella, esto es cierto. Pero es importante recordar que en una relación duradera, la atracción es una emoción compleja. Es una mezcla de placer visual y química sexual, así como de sentimientos acerca de la relación, como llevarse bien, relajarse juntos y respetarse.

La pérdida de atracción también puede ser una defensa psicológica. Si un hombre se siente asfixiado en la relación, puede experimentar una pérdida de atracción como una manera de crear un poco de espacio y evitar la cercanía que el sexo conlleva. El narcisismo también puede ser un factor: puede hacer que un hombre se sienta profundamente decepcionado por los cambios físicos normales e inevitables en su pareja, que amenazan su propio sentido de la mortalidad.

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Ansiedad sobre el desempeño sexual

3

Muchos hombres creen que su condición de amante está determinada por su capacidad para conseguir y mantener una erección firme. Independientemente de si siente deseo, si un hombre tiene problemas para conseguir o mantener una erección, o si tiene problemas para durar un tiempo considerable durante el coito, puede dudar en iniciarlo. Desafortunadamente, las mujeres pueden malinterpretar esto como problemas de atracción y volverse criticonas o reactivas, lo que complica aún más la dinámica.


Autosuficiencia

4

Ya sea para escapar de la vulnerabilidad de ser el iniciador o simplemente para dejar de depender de la otra persona para satisfacer sus necesidades sexuales, algunos hombres prefieren masturbarse a tener sexo en pareja. A menudo usan porno  porque es simple, es emocionante y es eficiente. Y les ahorra la negociación sexual con su pareja, que puede convertirse en algo agotador. Incluso cuando su pareja quiere tener sexo más que ellos, un hombre podría abstenerse ante una necesidad inconsciente de la autonomía de la soledad sexual.


Aburrimiento

5

Mientras que las mujeres suelen responder mejor a un acercamiento sexual lento, la verdad es que a veces los hombres quieren simplemente “cazarlo” cuando sienten el impulso. Con un cuerpo lleno de testosterona, son una antorcha sexual ante los estímulos sexuales que los rodean y puede resultar desalentador cuando tienen una pareja femenina que no puede entender qué se siente encenderse al instante. Y cuando un hombre escucha a su pareja quejarse y decir “todo lo que quieres es sexo”, puede sentirse como un ataque a su masculinidad, cuando la verdad es esta: mientras quiere desesperadamente sexo y está fisiológicamente programado para desearlo, ansía que el sexo con ella, específicamente su pareja, exprese tanto deseo como amor. Ocasionalmente, los hombres necesitan reciprocidad de lujuria pura: “Tú lo deseas, así que yo también”. Les encantaría una pareja agresiva, un momento animal, un encuentro desinhibido salvaje y libre.

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